—Sienna, iré a almorzar; nos vemos en una hora— me informa Raúl asomándose a mi oficina. —Perfecto, le veo más tarde— me limito a responder y sólo le observo marcharse. Llevo gran parte de la mañana pensando en este momento. Necesito entrar a su oficina, y comenzar a indagar entre sus cosas para así poder intentar encontrar pistas. Espero unos diez minutos y me levanto de mi silla, voy hacia la puerta que conecta con su oficina y la abro despacio por si hay alguien allí. Al ver que esta vacía entro, y de inmediato comienzo a revisar uno a uno los cajones de su escritorio y de los archivadores que hay aquí. Me encantaría saber exactamente que estoy buscando, pero no tengo ni idea. Sólo necesito algún documento que lo involucre con sus delitos en el lavado de dinero, tráfico de piedras p