Al día siguiente Un día más en esta oficina, pero hoy es diferente, tengo otra perspectiva de las cosas y muchas más sospechas –buenos días señor Sandoval.— digo con un tono amable mientras entro a su oficina ya que la puerta está abierta. Él me sonríe, y me observa detenidamente haciéndome sentir lo suficientemente incómoda. Mi vestido beige no es muy revelador, pero acentúa mis curvas de una manera bastante elegante –buenos días Sienna.— me dice –toma asiento, te explicaré lo que necesito que hagas el día de hoy— me pide y bajo el efecto de mi mejor actuación, juego a ser la asistente perfecta. Después de unos 20 minutos finalmente consigo salir de su oficina con una lista de tareas para hacer el día de hoy. Realmente pienso que debo estar muy decidida a encontrar la verdad de este ti