Dante sacó su celular para llamar al número de emergencias o a alguien que lo pudiera ayudar, sin embargo, donde se encontraba la señal era muy débil y su celular no funcionaba correctamente. Completamente frustrado, Dante tiró el celular al suelo, viendo la forma en la que el aparato se hacía añicos. Enseguida, se armó de valor e intentó mover el cuerpo de Emma, tenía miedo porque sabía que no era prudente moverla, podía causarle un daño aún mayor si llegaba a hacer un movimiento indebido, pero tampoco podía quedarse ahí de brazos cruzados, así que, con todo el cuidado, la cargó en sus brazos y la llevó hasta el auto. –Vamos, Emma, espérame un poco más – le dijo, cuando la depositó en el asiento trasero de su auto. Emma se encontraba en peor condición que su hermano, de su cabeza s

