Después del fantástico fin de semana que Luz y David tuvieron, llegó de nuevo la rutina y se tuvieron que separar. Él regresó al hospital a hacer sus turnos y a ser foco de todo lo que había pasado en la fiesta. Escuchó cosas buenas y cosas que le hacían sonreír, sobre todo cuando se trataba de la escena de Luz pateando el trasero del Doctor que la acosó. Nadie le decía nada, ni siquiera le reclamaban del golpe, simplemente dejaban de hablar cuando él se acercaba y David los ignoraba, así como lo hacía con todo lo demás. De pronto se volvió más concentrado, más rápido y mucho más consciente de quienes eran sus aliados y sus amigos. En sus ratos libres le enviaba mensajes a Luz para saber como estaba y ella le contestaba que lo extrañaban y que ya deseaba que saliera de guardia para volve