Después de la lección de Ducha 101 y de que ella tuviera que esperar a que su ropa estuviera seca. Luz, regresó a su piso al Barrio de la Latina, con una sonrisa sobre sus labios, el cabello un poco mojado y un susto cuando vio a su madre sentada en el sofá jugando con Sabina. —¡Ay Dios! — Murmuró. —¡Hija! ¿Dónde estabas? ¿Y por qué vienes mojada? — Preguntó Ximena mientras cuidaba a Sabi de que no se comiera la comida del gato. —Estaba… ¿nadando? —¿Nadando? — Preguntó Tristán que salía del balcón para ir hacia ella.— ¿Ahora nadas? —Tengo que mantenerme “Fit” — Contestó. Su padre se acercó y la abrazó con fuerza.— Jamás pensé que te harías “Fit” en fin, mi hermosa hija, te amo ¿cómo estás? —Bien papá, gracias ¿qué hacen aquí? —Tu madre y yo venimos de paso a Madrid, acaba