La puerta del balcón de Luz sonó levemente y ella salió del baño sólo para ver a Canarias en frente de ella. Después de su regreso, ambos se habían separado porque él necesitaba ir a hablar con su padre y ahora estaba de regreso para verla a solas. Ella corrió hacia allá, abrió las puertas y mientras él entraba, Luz saltó, David la cargó como siempre y le di un beso sobre los labios uno tan apasionando que le cortó la respiración. —Hola. —Le murmuró. —Hola.—Contestó. Él como pudo cerró las puertas del balcón y luego se fueron hacia la cama cayendo sobre ella. —Pensé que no vendrías. —Lo siento, tuve una plática larga con mis padres, pero ya estoy aquí.— Le murmuró. —¿Qué pasa si te buscan? —Ainhoa dijo que tenía todo cubierto mientras regresaba. David regresó a besarla de