Capítulo 6:

2559 Palabras
¿Quién es Kate? Francis se había escapado de su esposo, salió de la empresa antes que él, a pesar de que le dijo que lo esperara, no podía esperarlo, tenía que arreglar una situación, Se subió a un taxi y le dio una dirección al chofer, Mientras tanto Harrison salió de su oficina y miró que su esposa ya no estaba, ni tampoco estaban sus cosas, cerró los ojos un poco frustrado y de pronto sintió una caricia en su hombro, —Señor Harrison podemos hablar un momento—dijo Jordana mientras hacía un puchero, Harrison suspiró y asintió. ……….. Francis llegó al restaurante donde se había quedado de ver con Kimberly y sonrió al verla sentada en una de las mesas, —Hola, ¿Saliste primero que yo? — —Si, pude esperarte afuera de la empresa—dijo Kimberly, —No, es mejor no levantar sospechas — —Kate, ¿Qué es lo que sucede?, ¿Por qué actúas tan raro?, ¿Estas metida en problemas, es eso?— —No, no es eso…. Es que… yo estoy fingiendo ser alguien más — —¿Alguien más? —preguntó Kimberly muy confundida, —Si, hace unas semanas una mire un anuncio sobre un empleo, fui a una entrevista, y unos días después me llamó una mujer, me dijo que el puesto era mío si lo quería, yo dije que si, así que me cito en una casa, era una casa enorme y muy lujosa, era obvio que la mujer tenía dinero, y bueno… me hizo una propuesta, si yo me hacía pasar por ella solo por dos meses, ella iba a ayudarme a que mi madre consiguiera el donante de médula ocia— —Espera, ¿Qué?, ¿Por qué te tienes que hacer pasar por esta chica? — —Pues se operó el rostro, y reciban había salido del hospital, tenía un rostro hinchado y con moretones por la cirugía, y tenía que casarse, al parecer el hombre con quien iba a casarse puso una fecha, y ella no podía ir viéndose así, por eso me contrato — —Woow… ¿Me estás diciendo… que tu te casaste por ella? – —Yo finjo ser ella, solo hasta que ella pueda tomar su lugar como la esposa— —¿Y quién es el esposo? — —El señor Harrison—Respondió Francis y se encogió en hombros, —Maldición Kate, ¿Estas loca?, ¿Cómo se te ocurrió hacer algo así? — —Ya te lo dije, lo hice por mi madre, no por mi — —Si, pero…¿Por qué no te comunicaste conmigo? — —¿Y que ibas a hacer? — —Habíamos estado en la lista de donadores por semanas, y en cuanto acepte este trabajo, esa mujer hizo tres llamadas y ya estaba listo, ¿Entiendes?, no se quien sea ella y no me importa, esta ayudando a mi madre, le está salvando la vida— —¿Y que hay de ti?, eh, ¿Que pasara si el te descubre?, ¿Conoces por lo menos al señor Harrison?, no es alguien que tenga clemencia por los demás, si se da cuenta de esto va a hundirte a ti y a esa mujer — —Es no me importa, solo… solo quiero que mi madre esté bien… Ronald me hablo, dijo que… saldrá de prisión en tres meses, solo quiero que mamá llegue a verlo de nuevo, eso es lo que ella más quiere — —Ronald es un desgraciado, que sólo se aprovecha de ti y del cariño que tu madre le tiene, pero si tu le contaras la verdad a tu mamá estoy segura que todo cambiaría — —No puedo hacer eso, eso la destrozaría— —Kate, sabes que te quiero como a una hermana, y tal vez te enojes por esto, pero… tu madre no merece que la ayudes y lo sabes, ella siempre fue una maldita contigo, ¿Vale la pena arruinar tu vida por la de ella? — Francis empezó a llorar y negó, —Solo quiero que todo termine de una vez, eso es todo— Kimberly sintió dolor en el pecho al verla y se acercó para abrazarla, —¿Por lo menos te pareces a esa tal Francis? — —No— —¿No? — —Ella cree que si, pero… no nos parecemos en nada— —¿Tienes alguna foto de ella? — Francis sacó su teléfono y le enseño una fotografía, —¿Es ella? — —Si— —Y el señor Harrison no te ha preguntado nada, no te pareces a esta mujer, sin duda el se dará cuenta en algún momento — —Eso ya no será mi culpa, solo dos meses y me voy, lo que ella haga después no me interesa — —Estas jugando con los sentimientos de alguien– —A él no le importo, tiene una ventura con una de sus secretarías, así que yo solo soy la esposa y punto, solo soy un accesorio para él, lo cual está bien — —Pero… el es un hombre mayor, y tú… dime… ¿Duermen juntos? — Francis asintió, —¿Y has estado con él? — —¿De manera íntima? — —Si— —No aun no, pero… su abuela dijo que quiere nietos, bueno mas bien, bisnietos — —No lo puedo creer, ¿Y que harás? — —No puedo embarazarme así que… me estoy cuidando – —Esto debe contar como prostitución, ya no lo hagas ven a vivir con nosotros — —No puedo hacer eso, ya te lo dije, firme un contrato con esa mujer, no puedo romperlo solo por que si, ya no soy una niña, solo es sexo — —Creí que querías llegar virgen hasta el matrimonio— —Pues técnicamente estoy casada — —Kate… ¿Aun eres virgen? — —Si— —¡Hay Dios mío santo! — —Estaré bien — —¿Y luego que quedara para ti? — —Mi libertad — —Si es que no te encierran por estafadora — —Igual seré libre— —No te alejes de nuevo, debiste venir a mi, yo te ayudaré en todo, cuando termines con esto te ayudaré, ¿De acuerdo?, Francis— Francis sonrió y asintió —Gracias — —Tendrás que tener un plan, para que huyas muy rápido—. …………… Los gemidos de una mujer inundaban la oficina de Harrison, Jordana se retorcía sobre el escritorio mientras miraba al hombre que la volvía loca, cuanto deseaba que la esposa entrará y los viera teniendo intimidad y que le quedara claro quien era la verdadera mujer de aquel hombre, Harrison por otro lado sólo quería sacar su frustración y dejar de pensar en Francis, pero en lugar de conseguirlo solo lo estaba empeorando, se alejo con brusquedad de Jordania y se quito el preservativo que estaba usando, no había terminado, No se sentía bien para continuar, así que solo se detuvo, —¿Qué ocurre cariño? —preguntó Jordana, —No me llames así, te lo he dicho muchas veces, ahora largo, sal de mi oficina —ordenó Harrison con un tono de voz poco amistoso, Jordana sólo se acomodo la ropa en silencio y salió sin decir nada, sabía que se había equivocado, y por ahora no había nada que hacer, Harrison estaba molesto, y cuando él estaba asi era mejor dejarlo solo. Francis llegó a casa y entró en silencio, miró a su alrededor, todo estaba en orden y tranquilo, el auto de su esposo no estaba afuera así que él aun no llegaba, fue a la cocina y miró que una de las chicas de la limpieza estaba ahí, —Hola, él señor Harrison ya vino — —No señora no ha llegado, ¿Quiere comer? — —Si por favor, me muero de hambre — —Enseguida le servirte algo — —Gracias — dijo Francis y subió a la habitación a dejar sus cosas, se lavo las manos y bajó, fue al comedor y se sentó a comer, le habían llevado una pechuga de pollo rellena y un poco de ensalada, estaba comiendo cuando escucho que la puerta de la entrada se abrió, Harrison había llegado, lo primero que hizo fue subir a la habitación y se dio cuenta que las cosas de su esposa ya estaban ahí, fue a ver si estaba en el baño, pero ahí no había nadie, se quito el saco y se quito la corbata, se quito el chaleco del traje y desabotono un poco su camisa de vestir, Bajo al primer piso y fue al comedor donde encontró a su esposa comiendo, —¿Dónde estabas? —preguntó muy molesto, —Perdóname, es que me quedé de ver con Kimberly, ella me invitó un café y yo… — Harrison camino hasta ella y la sujeto del mentón con cierta brusquedad, examinó su cuello con cuidado, quería comprobar que no tuviera algún moretón dejado por algún hombre, Francis solo se quedó quieta, tenía miedo de que aquel hombre la golpeara o algo parecido, —¿Estuviste con alguien? — —Si con Kimberly, ya te lo dije— respondió Francis y alejo su rostro del agarre de su grande mano, Harrison era intimidante con ese tamaño y ese cuerpo, de un solo golpe la destrozaría, —No vuelvas a irte sin avisarme, ¿Entiendes?— Francis entonces pudo ver el labial que había en la camisa blanca de Harrison, era una pequeña mancha, una mancha que seguramente él no había visto, —¿Tu estuviste con alguien? —Preguntó ella con tranquilidad, —No— —¿Estas seguro? — Harrison se alejo un poco de ella, la tranquilidad de la mujer le asustaba un poco, —Termina de comer y ven a la habitación — —No— —¿No?— —Estuviste con Jordana, ¿Verdad?, ¿Qué no te dejó satisfecho? —preguntó Francis y tomó el cuchillo de la carne para cortar un pedazo de pechuga, —¿De qué hablas?, no estuve con nadie— Francis se puso de pie y señaló su camisa, —Tienes una mancha de su labial barato, creí que habíamos llegado a un acuerdo, pero tal parece que no — —No es lo que piensas, no pasó nada entre nosotros — —Despídela — —No— —Bien — dijo Francis —Le hablaré a la abuela y le contaré todo, el por qué me divorciare de ti, y el por qué no le podré dar un nieto — amenazó Francis y camino a paso firme hasta que llego a la habitación en busca de su teléfono, Harrison la siguió y la detuvo cuando él aparato estuvo en las manos de la chica, Harrison atrapó a Francis por la espalda y la abrazo inmovilizando sus brazos por completo, —Vamos a hablar — propuso él y sintió el cuerpo de la chica retorcerse sobre su pecho, —No, no hay nada de que hablar, despídela—ordenó Francis y con uno de sus tacones le pisó un pie, eso hizo que Harrison la soltara y que hiciera una mueca de dolor, Francis se recompuso y se llevó el teléfono a su oído, —Hola abuela, ¿Cómo está? — Harrison solo la miró con ganas de matarla y cuando trato de acercase a ella, ella corrió lejos de él, —No yo estoy bien, es que tengo que decirle algo importante sobre Harrison —dijo la chica con una voz tierna y encantadora, —¡Dámelo! —ordenó Harrison en voz baja pero firme, Francis solo negó y lo miró de una manera retadora, —Esta bien—dijo Harrison sin más remedio, estaba contra la espada y la pared, y tenía que ceder si o si, —Mañana voy a despedirla —dijo al fin, Francis sonrió, —Es solo que quiero cocinarlo algo rico, pero no se qué es lo que mas le gusta, por eso la llamaba para pedirle su ayuda…. Si claro… muchas gracias abuela… que pase buena noche, adiós— Francis colgó y se sentó en la enorme cama, —Deja de meter a mi abuela en estos asuntos — —No lo haré, ella me dijo que yo podía llamarla para cualquier cosa, y eso voy a hacer— Harrison respiro hondo y la miró detenidamente, sin duda ella iba a ser un problema, ya no discutió más con ella y fue a ducharse, después de salir del baño se puso la pijama y fue a su despacho un momento, mientras que Francis tomaba una ducha, Ella solo estaba haciendo tiempo en el baño, esperando que cuando saliera aquel hombre ya estuviera dormido, pero cuando salió del baño envuelta en una toalla lo miró entrar a la habitación, Casi de inmediato se ruborizo por su presencia, —¿Por qué te avergüenzas?, soy tu esposo —Dijo él y se acercó a ella, —Yo debo de conocer tu cuerpo y tu debes de conocer el mío —dijo mientras la miraba de un modo extraño, tomo la toalla que la envolvía y se la quito muy despacio paras dejarla caer al suelo, Francis estaba en shock, él observa su cuerpo desnudo y eso la avergonzaba, nunca antes un hombre la miró desnuda, sentía su mirada en su piel, quemando la por completo, Y se sobresalto un poco cuando Harrison tocó uno de sus pechos, ella no pudo más y se agachó a recoger la toalla y cubrirse rápidamente, Pero en Harrison algo se había encendido, mirara la piel tan firme y suave de Francis fue fascinante, casi sentía que Ers el primero en verla y esa sensación le gustó demasiado, la sujeto del brazo y la brazo por la espalda mientras que sus labios iban directo al hermoso cuello de la chica, la beso y eso hizo que ella se quedara quieta, herí ando todos los bellos de su cuerpo, —Te vez hermosa murmuró él, mientras sus labios tocaban la tersa piel de Francis, le quito de nuevo la toalla y sus manos pudieron tocarla por completo, Francis se alejo con brusquedad y él pudo ver su rostro lleno de pánico, —¿Qué ocurre? — —Nada… sólo… creo que… deberíamos de esperar los días fértiles, es mejor — —Francis… No te hagas la inocente conmigo — —No lo hago — —No te gustó, ¿Es eso? — Ella negó, en realidad Harrison era muy guapo, tenía unos ojos verdes hermosos, y unos labios que sólo incitaban a la lujuria, a sus 36 años se podía ver la madurez en él, se rasuraba todos los días y eso lo hacía verse joven y cuidado, además hacía ejercicio constantemente y eso lo mantenía saludable y en forma, Harrison era un hombre atractivo, él era el tipo de hombre que le gustaría a cualquier mujer, —No es eso— —¿Entonces que es?, ¿Por qué te vez tan asustada?, casi pareciera que es tu primera vez— Francis se mordió el labio inferior y se sonrojo aún más, —No— dijo Harrison al verla, —¿Eres virgen? —.
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