Un pequeño inconveniente.
Dos mujeres se miraban, una mucho más confundida que la otra,
—¿Por qué nos escondemos aquí? —preguntó una chica de cabellera china y de piel morena, miraba a su alrededor, hacía un momento Francis la tomó del brazo y la arrastró al almacén de las escobas, era un cuarto pequeño, donde apenas y cabían las dos,
—¿Qué haces aquí? –preguntó Francis tratando de no entrar en pánico,
—Pues aquí trabajo, soy supervisora de producción, ¿Y tú? —
—Yo, también trabajo aquí, pero… no puedes llamarme Kate—
—No te entiendo —
—Nadie puede saber quien soy, todos me conocen como Francis —
—¿Francis?, ¿Te cambiaste el nombre?—
—No…—
—Estuve tratando de comunicarme contigo, ¿Dónde te metiste?, en serio no sabía lo del departamento, ¿Por que no me dijiste yo pude ayudarte?—
Francis le tapó la boca—Aquí no podemos hablar, prometo contarte todo, pero por ahora nadie puede saber que me conoces, nos vemos esta noche ¿si? —
Mientras tanto Harrison salía de su oficina, miró el escritorio vacío donde se suponía debía de estar su esposa y frunció el ceño al no verla, miró hacia el escritorio de su asistente y caminó hasta ahí,
—¿Dónde está? —preguntó mientras la buscaba con la mirada,
Javier se sobresaltó y se puso firme al ver a su jefe, —¿Quién señor?—preguntó un poco confundido,
—¿Dónde está Francis? —
Javier entonces notó la ausencia de la chica, él no sabía a dónde había ido, hacía unos instantes estaba ahí, —No lo sé señor, debe de estar en el baño—
—¿A que hora es la reunión con el presidente de Morfo? —
—En dos horas señor—
—¿Y Patrick? —
—Dijo que llegaría en una hora, su vuelo se retrasó—
Harrison escuchó algunos murmullos, pero no sabía de dónde venían, —¿Escuchas eso? —
Javier se puso atento y también escuchó, asintió y señaló una dirección,
—¿Qué hay ahí? —preguntó Harrison mientras miraba la puerta que estaba a unos pasos de el escritorio de su asistente,
—Se guardan las escobas que usa el personal de intendencia—respondió Javier mientras miraba hacia aquella dirección, aquel pequeño cuarto era eso… pequeño,
Harrison fue y tomó la perilla, abrió de golpe y dos gritos salieron de aquel lugar,
—¿Qué ocurre aquí? —
Francis miró a su esposo, y sonrió de oreja a oreja, —Estábamos…Estábamos, curando mi….¡Claustrofobia! —
—¿Crees que soy tonto? —
—Lo lamento señor Harrison, solo estábamos hablando —dijo la otra mujer un poco apenada de que el jefe las hubiera encontrado,
—¿Y tu quien eres? —preguntó Harrison,
—Soy Kimberly—
—Salgan de ahí—Ordenó el hombre mientras se hacía a un lado para dejarlas salir,
Las dos salieron del pequeño cuarto, y ambas se miraron como si escondieran algo,
—Oh—Dijo Javier al ver a la mujer de cabello chino, —Ella es supervisora —
Harrison la examinó y luego miró a Francis, —¿Qué hacían ahí dentro? —
—Nada, sólo hablábamos, es que, no queríamos molestar a nadie aquí, eso es todo— respondió Francis,
—¿Eres Gay? —preguntó Harrison al sacar sus propias conclusiones,
Francis miró a Kimberly y Kimberly se río de aquello, —No yo no soy Gay, de echo tengo esposo y dos hijos, los amo mucho—
—¿Tienes hijos? —preguntó Francis un poco sorprendida,
—Si, tuve gemelos el año pasado —
—Ah, felicidades—
—Gracias—
—¿Ustedes de donde se conocen? —
Las dos miraron al jefe y Francis habló, —Ah, pues nos conocimos de casualidad en la… casa… de…de una amiga… de mi… tía—
—Pero aún no entiendo, ¿Por qué estaban las dos metidas ahí? —
—Yo ya me tengo que ir, solo venía por unas copias, nos vemos luego… Francis — dijo Kimberly,
—Si—
Javier miró su reloj y se aclaró la garganta, —Señor, tenemos la junta en cinco minutos —
—Hablaremos luego — dijo Harrison,
Francis solo tragó saliva al escuchar a su esposo y se fue a su escritorio, sabía que Kimberly no era una mala persona, sabía que podía confiar en ella y tendría que hacerlo, pues todo estaba en juego, así qué había quedado de verse con ella en un restaurante esa misma tarde,
Ella nunca antes había trabajado en una oficina, no sabía nada al respecto, sabía usar la computadora, pero solo sabía lo básico, miró que el teléfono empezó a sonar y una luz roja se encendió, no sabía cómo responder aquel teléfono inalámbrico, así que solo lo levantó, pero no se escuchaba nada, hizo una mueca y presionó un botón pero solo se escuchó un ‘pi’, y luego… nada, y aún no dejaba de sonar,
Estaba empezando a entrar en pánico, e iba a desconectarlo cuando alguien llegó y presionó un botón,
—Empresa textil NORO, ¿Con quien desea hablar?.... Si…. No en este momento no se encuentra…. Si, yo le digo, no se preocupe, de nada—
Francis miró al hombre que la veía mientras decía aquello, era un hombre bien parecido como de unos cuarenta años, tenía una piel bronceada y una barba bien definida, usaba un pantalón de vestir n***o y una camisa blanca, colgó el teléfono y sonrió,
—¿Y tú quien eres? —
—Yo soy… —
—¡Señor Devine!, que bueno que ya llegó, el señor Harrison lo está esperando afuera, ya estamos retrasados — dijo Javier quien llegó justo en aquel momento,
—Si, claro— dijo aquel hombre, y miró por una última vez a Francis para después marcharse,
Francis solo hizo una mueca y regresó a su trabajo.
Durante todo el día no miró a su esposo, pero él ajetreo en aquel lugar no se detenía aunque el no estuviera, llamaban constantemente, y Francis no sabía que responder así que simplemente colgaba, no era como que aquel trabajo le importara mucho,
A la hora de la comida no fue al comedor como los días anteriores, esta vez decidió que iría a una cafetería que había visto a solo unos cuantos locales de aquella empresa, tenía muchas ganas de poder tomar un Café Frappé, de poder relajarse solo unos minutos, así que salió de aquella empresa y caminó sin mucha prisa, tenía 45 minutos para ir y venir, era suficiente tiempo.
Al llegar a aquella pequeña cafetería respiró hondo al oler el delicioso aroma del café, fue al mostrador y pidió su bebida, se sentó en una mesa y empezó a beberlo con calma.
—Te lo dije, el tipo era un estafador —
—Patrick para ti todos son estafadores, pero si, era un estafador —
—¿El cincuenta por ciento?, ¿Y que de casualidad no quería a mi hermana? —
—Ya olvídalo —
—Por cierto… ¿Quién es la chica nueva que contrataste? —
—¿Cuál chica nueva? —preguntó Harrison mientras miraba su teléfono, ambos iban de regreso a la empresa, mientras que Javier conducía sin prestarle mucha atención a su conversación,
—No te hagas Emmett, la chica guapa que contrataste como secretaria,
—Ya te he dicho que no me llames Emmett —
—Así te llamas ¿No?, solo responde —
—Es mi esposa, Francis —respondió Harrison,
—Mientes… no, no es ella—respondió Patrick muy seguro,
—Si, si lo es—
—Ella no se parece en nada a la chica que me enseñaste —
—Ya lo sé, según tengo entendido le gustan mucho las cirugías estéticas —
—Pues dile que te pase el numero de su cirujano, para mandar a mi esposa con él —
Harrison solo miró a su amigo con desaprobación y Patrick sonrió, —Solo bromeo— aclaró,
—Tu tienes suerte de que Brenda te quiera, solo miraté… —
—Ya lo sé, no soy tonto—dijo Patrick— Aun no puedo creer que te hayas casado sin conocerla, pero… te sacaste la lotería —
—Ella es extraña —comentó Harrison,
—¿Y?—
—No me gusta, si no fuera por mi abuela no me hubiera casado con ella, y ahora quiere nietos —
—¿Qué no le basta contigo? —
—Sabes a que me refiero —
—¿Y cuál es el problema?, intimar con esa chica no es un sacrificio, esta preciosa —
—No lo sé…es qué…siento que no debería —respondió Harrison e hizo a un lado su teléfono,
—¿Sientes ó tienes miedo de enamorarte de ella? —preguntó Patrick y lo miró, —Te conozco, conozco esa estúpida mirada tuya, le buscas defectos para odiarla, pero en el fondo te gusta —
—Como sea, solo quiero que me de un hijo, y ya esta—
—Lo dices como si fuera tan fácil—
—¿No lo es? —
—¡Dios no!, una vez que quede embarazada será una bolsa de sentimientos andante, no le hables muy recio por que empezará a llorar, y olvídate de dormir cómodamente, si una embarazada no duerme bien, se enoja y hace que tú tampoco duermas, y una vez que nazca el bebé, tendrás que levantarte al menos cuatro veces en la noche, son las reglas—
Harrison sonrió y se frotó la barbilla, —Parece que fue horrible para ti, así que me sorprende que hayas decidido tener tres hijos—
—Es horrible… pero cuando los vez dormir… cielos, no hay nada más satisfactorio que eso, vale la pena, pero… ¿Qué harás?, dejarás qué tenga un hijo tuyo ¿y luego que?, simplemente la correrás—
Harrison no comentó nada al respecto, prefirió responder esa pregunta después,
Cuando por fin llegaron a la empresa, lo primero que vio fue un escritorio vacío, y un teléfono que no dejaba de sonar,
—¡Jordana, ¿Por qué no respondes los teléfonos? —preguntó un jefe molesto,
—Ese no es mi trabajo, es el de tu secretaria estrella —respondió Jordana y lo miró muy molesta,
—Maldita sea—murmuró Harrison, Javier quien también llegaba con ellos se apresuró a responder, y Patrick sólo sonrió,
—Veo que alguien está enojada contigo, ¿Eso por que? —
—Terminé con ella— dijo Harrison en voz baja y se dirigió a su oficina,
—¿Qué? —
—Mi esposa me encontró, engañándola—
Patrick se rio y le dio de palmadas en la espalda, —Pobrecito, y no estuve aquí para verlo—
—Pero no fue por eso, al parecer Francis es amiga de Lecrerc, son íntimos, así que… llegamos a un acuerdo —
—¿Edgar Lecrerc? —
—Si ese, si ella cortaba su relación con él, yo cortaría la mía con Jordana — dijo Harrison mientras entraba a su oficina, Patrick entró detrás de él y cerró la puerta,
—¿Así que por fin te topaste con pared? —preguntó un poco divertido, —¿Cuántos años dijiste que tenía?, se ve muy joven—
—No me lo recuerdes, parezco su hermano mayor, ya lo se—
—No te sientas mal, la pobre no tiene la culpa de verse joven y bella, y tu viejo y amargado—Dijo Patrick burlándose un poco, pues sabía que eso molestaría a Harrison,
—Patrick…mejor ya no hables—
—Solo bromeo, ya lo sabes, no te vez tan viejo, eso solo es una idea tonta tuya, aunque ya sabemos quien tiene la culpa de tus miedos—
—No lo menciones, te lo advierto —amenazó Harrison tensándose un poco,
Patrick alzó las manos en rendición y dio un paso hacia atrás, —Ya me voy, ¿Ya decidiste lo del viaje de la empresa?, mi esposa me tiene loco—
—Acapulco —Respondió Harrison,
—¿Acapulco? —
Harrison solo asintió,
—¿Hasta cuándo vas a seguir complaciendo a Jordana?, al menos ahora si escogió un buen lugar—
—No es por Jordana, es el cumpleaños de Francis y dijo que quiere ir ahí —
—Ah ya veo, complaciendo a la mujer— dijo Patrick y alzó sus cejas,
—Ya vete, no olvides mandarme el informe del mes— dijo Harrison un poco enfadado,
—Si señor—
Patrick salió de la oficina y miró que la bonita chica volvía, —Hola Francis —
Francis lo miró y sonrió algo confundida, —Hola—
—Perdóname, soy Patrick Devine, el vicepresidente de NORO —
—Oh, mucho gusto, yo soy Francis Stellman —
—Si lo se, eres la hija de Marco Stellman, conozco a tu padre, lo conocí en una conferencia, hace ya algún tiempo, seguramente ni me recuerda —
—Ah, que bien—
—Por cierto…. ¿Cómo está tu prima Luisa? —
Francis se quedo en el espacio, no sabía quién era Luisa, —Está bien— respondió y trató de sonreír casualmente,
—Me alegro—Dijo Patrick mientras examinaba a la chica a detalle, —Espera…¿Qué no falleció el año pasado?, ó sólo estoy loco, es que no lo recuerdo —
Francis empezó a ponerse muy nerviosa, ya no estaba segura de que debía de responder y aquel hombre esperaba una respuesta,
—Olvídalo, yo debo de estar loco, nos vemos luego —dijo Patrick y sonrió, “Que interesante “, pensó para sí mismo mientras se alejaba de aquella mujer.