Lyra La tranquilidad que se vivía en la manada, parecía como si fuera un sueño, una realidad inimaginable, luego de lo que habíamos atravesado hace un año. Lejos quedó el hambre de vivir aventuras, los peligros que se atravesaban en nuestro camino y los malos entendidos. Ahora solo reinaban las risas, el compañerismo y el amor. Estábamos ahora mismo casi todos reunidos en casa de Michael, a excepción de Jade, Leticia, Christine y Beatriz, quienes aún seguían en la ciudad culminando sus estudios y acompañando a sus compañeros, menos Christine, quien aún no lo había encontrado. También faltaban Samara y sus padres, quienes deberían estar por llegar, después de todo estábamos aquí para ultimar el viaje que haríamos en unos días, para celebrar la boda de ella y Aryeh. Se habían tardado

