Agarro con fuerza el volante hasta mientras conduzco como desquiciado de vuelta a la mansión donde se encuentra mi duendecilla y de donde no debí haber salido, pero el imbécil de mi primo me llamo con una pobre excusa que le costo no solo un puñetazo que le rompió la nariz, sino que también disparo en el muslo por que en cuanto me dijo lo que estaba sucediendo una bruma roja me nublo el juicio.
Acelero a fondo respirando con dificultad debido a la rabia que siento en este momento. Jamás en mi vida había sentido este tipo de rabia, del tipo que siento que por las venas fluye puro veneno. La sensación solo aumenta cuando veo aparecer la mansión, pero me detengo de golpe cuando veo un muro de hombres vestidos de n***o y mascaras en la entrada de esta, los cuales no se mueven.
Dejando el a
