Ian se para, cierro con pestillo la puerta de mi habitación, ya no tengo ganas de ir lento, lo siento sigo siendo una loba y me muevo por instinto y ya mucho me he retenido. Beso a Ian como si no hubiera un mañana, él me sigue y adentra su lengua en mi boca. Caemos en la cama, yo encima de él y seguimos besándonos, en un momento Ian me separa. - ¿ Estás segura?- pregunta con dudas. - Total y absolutamente segura. - Ian me mira con deseo y supongo que yo igual. Ahora soy yo la que esta abajo y él arriba. Le quito la camisa de un solo tirón y recorro con mis manos su trabajado abdomen. Ian cuela una de sus manos por debajo de mi top y me lo quita sin romperlo, no como yo con su camiseta. Suelta un gruñido y deja mis labios para besar mi cuello, de mi boca salen gemidos. Llevo mis manos a