Capítulo 54 Alexandro Estamos todos en el hospital, esperando noticias. Mi abuela está deshecha, abrazada a mi madre, que intenta consolarla, aunque sus propias lágrimas no dejan de correr. Mariana está de pie, inmóvil, con los brazos cruzados y la mirada clavada en la puerta de urgencias. Ayliz permanece sentada, en silencio, con las manos entrelazadas sobre las piernas. Su rostro está pálido, los ojos fijos en el suelo, como si no pudiera despegarse de la imagen del abuelo cayendo frente a todos. Mi papá está junto a la ventana, con los brazos cruzados, en completo silencio. Tiene la mirada perdida, como si no pudiera procesar todo lo que ha pasado. David, mi hermano, se mantiene de pie a un lado mío, serio, sin decir una palabra. Y Karina, abrazada a él, no deja de mirar a mamá y