Capítulo 61
Ayliz
Me encuentro acostada, sosteniendo el peluche que tanto le gusta a mi pequeña. Cada día que pasa es un infierno.
No dejo de pensar en ella. En su risa. En sus manitas extendidas buscando las mías. En la forma en que se calmaba solo con olerme cerca.
Extraño su llanto. Extraño cambiarle el pañal. Extraño incluso no dormir.
Todo era mejor que este vacío que me atraviesa el pecho.
Cierro los ojos y aprieto el peluche contra mí, como si eso pudiera traerla de vuelta. Como si pudiera absorber de él un poco de su calorcito, de su inocencia… de su vida.
Pero no. Solo hay silencio. Un silencio que grita.
La casa ya no es un hogar. Es solo una estructura hueca, con paredes que se burlan de mí repitiéndome su ausencia.
—¿Dónde estás, mi amor? —susurro sin voz, sintiendo c
