—¿Qué te dijo ese imbécil? —preguntó Jagger, a penas Fred se alejó.
—Cosas sin sentido, es un idiota. Por favor Jagger, no vuelvas a dejarme. —era una suplica, no podía seguir en este espectáculo sin él.
—Estabas con tu padre Rainy, deben hablar y solucionar las cosas.
—Mejor vamos por otro trago, necesito mucho alcohol. —comencé a arrastrarlo a la barra.
Era difícil evadir todos los cuerpos que no dejaban de moverse de un lado a otro, riendo y algunos gritando.
Vi muchísimas caras conocidas, algunas hicieron un gesto de saludo y otras simplemente ignoraron mi presencia. Lo que era genial, porque también estaba ignorando a todos.
En medio de la multitud una mancha rosa chicle se asomó, y caminó a gran velocidad hacia nosotros, supe antes de que hablara, que no aguantaría la cu
