El pecho de Jagger estaba cubierto por una que otra peca y sus hombros anchos y fuertes, me instaban a aferrarme a ellos como mi medio de salvación. Comencé a acariciar un camino por sus músculos, deteniéndome centímetros debajo de su ombligo, ese camino prohibido a la felicidad.
Pero hacer esto, sería terminar de cruzar la línea, empezar a asumir que los sentimientos no eran solo de amistad y que si algo salía mal, lo perdería para siempre.
La tentación era demasiada e incluso la idea de imaginarlo, me puso húmeda y ansiosa. Nosotros siempre habíamos bromeado con doble sentido, pero esta vez no habían bromas, ambos éramos conscientes de lo que sucedía
¿Si lo rechazaba ahora, me lamentaría más tarde? ¿O estaría haciendo lo correcto?
—Deja de pensar Rainy, puedo ver el humo saliendo
