Capítulo XXIX XXIXLa señora Luna apareció al día siguiente muy temprano en el hotel y su hermana se preguntó sorprendida a qué debería el honor de recibir una visita suya a las once de la mañana. Muy pronto lo supo, cuando Adeline le preguntó si había sido ella quien le había enviado a Basil Ransom una invitación para la reunión en casa de la señora Burrage. —¿Yo? ¿Por qué iba yo a enviársela? —preguntó Olive, sintiendo en cierto momento un latido de angustia al deducir que no había sido Adeline, como había supuesto. —No lo sé, pero como tú parecías preocuparte por él… —¿Qué dices, Adeline Luna? ¿Cuándo me he…? —exclamó la señorita Chancellor, con la mirada fija e intensamente grave. —¿No me vas a decir que ya no recuerdas que fuiste tú quien lo invitó a visitarte hace año y medio? —