Sarah tomó las tijeras para recortar el sobre por la línea punteada, vertió el contenido sobre una bandeja, tiró el sobre a la basura y procedió a quitarse los zapatos y las medias. El burbujeo en el agua le dijo que la mezcla estaba lista. – ¡Aquí vamos! Técnicamente, tener los pies en agua burbujeante dentro de la oficina y en horario laboral, se consideraba investigación de mercado. Ya que estaban vendiendo las sales aromáticas y los polvos para pedicura, era importante que ella conociera los efectos de primera mano y fuera capaz de responder las dudas de los clientes. En caso de haberlas. Si no lo hacía, de qué otra forma podría conocer la sensación tan relajante que producían. – Terminó la presentación – entró diciendo Víctor. Sarah agrandó los ojos y se acomodó en el asiento em

