Cristián no podía creer lo que acababa de escuchar, pensó que era una broma – después de todo lo que ha pasado, me estás diciendo que vas a rendirte, ¿qué clase de abogada eres?, tú hablaste con las personas afectadas, las víctimas de estafa… – Cuida tu lenguaje. Soy una excelente abogada, ¿sabes qué otra cosa soy?, una empleada. Acepto los casos, entrevisto a los afectados, redacto los informes y me presento en el juzgado, pero lo que no hago es tomar las decisiones. Eso lo hace mi jefe. Cristián tuvo un mal presentimiento. – Llevamos meses en esto, hemos acumulado docenas de horas extra y gastos legales, no hemos visto ni una sola ganancia y el caso se complicó, ahora – señaló Brenda e hizo una pausa para procesarlo – le ofrecieron un trato a mi jefe, otro bufete se interesó en la dem

