La televisión reproducía un concurso de cocina, el canal era extranjero y mostraba los subtítulos en la parte de abajo. Martha escuchó el portón abriéndose y se asomó por la ventana, vio a Leo y bajó el volumen de la televisión para ir a la puerta y abrazarlo – no me avisaste que vendrías, le habría dicho a Hugo que se quedara despierta un poco más. Leo bajó la mirada – ya es tarde, es mejor que duerma temprano – dijo y notó la televisión encendida. – ¿Quieres que te sirva algo?, tenemos gelatina. Siempre había gelatina en el refrigerador de su madre, pero en esa ocasión respondió – no, gracias. – ¿Ocurre algo? – Necesito hablar sobre Clara y el tiempo que pasó en el hospital – juntó las manos y se sentó – la verdad es… Muchos años atrás Leo hizo una promesa. No fueron palabras dich

