La compra y venta de productos existía desde el inicio de la civilización y las boutiques de moda no lo inventaron. Detalles como un diseño estructurado, colores relajantes, escaparates separados y ofertas puestas a la mano eran ingredientes comunes. Ninguna tienda era totalmente original si al final de día todas hacían lo mismo: vender.
Sin embargo, dos personas podían jugar al robo de propiedad intelectual. Patricia caminó despacio y se topó con un banner anunciando el bloqueador solar de la marca NaturaBelle a precio de liquidación, siguió caminando y levantó la mirada.
El techo era un sol. No literalmente, había un diseño conformado por pequeñas piezas que imitaban la forma de un sol. Bajó la mirada hacia los escaparates y buscó la torre, pero no pudo verla, tampoco el juego de lunas
