—No me gusta para nada, por el contrario, ¡me encanta! —continúa. Suelto un suspiro de alivio y ella me mira con brillo en sus ojos—. Te veo mucho potencial, pequeña, me sorprendiste. No me esperaba tanto. —Gracias, Amanda, me pone muy contenta y emocionada de que te haya gustado. Usted es mi primera cliente, supongo que mi mamá no cuenta —respondo. Ella se ríe y se queda alucina mirando la alfombra nueva. —¿Es la misma? —interroga. Asiento con la cabeza—. Me encanta que hayas elegido una igual, la verdad es que la anterior estaba vieja, pero no la cambiaba porque me daba lástima tener que cambiar hasta del color. ¡Qué bueno que la conseguiste! —exclama entusiasmada—. Vamos arriba, estoy ansiosa por saber cómo quedó la habitación de los chicos. La seguimos mientras ella sube rápidame