Sawyer Estoy sentado en mi despacho escuchando la estúpida conversación de Fiorella y Mohamed. Le había pedido a Ray que me llamara y dejara el teléfono en línea para saber que era la urgencia de hablar con ella. Sus excusas son demasiado baratas. Trata de justificarse que siempre ha sido un infiel, con que es adicto al sexo. Yo también lo soy con Fiorella y en mi maldita cabeza jamás me pasa serle infiel. Amo su cuerpo, su sonrisa, su timidez, sus pechos—que ahora están más grandes—, sus piernas esbeltas, su cintura perfecta, sus ojos verdes como el bosque, en pocas palabras toda ella me encanta y amo cada parte de ella. Ahora más que nunca. Lleva a mi hijo en su vientre y la cuidare siempre. Algo en la voz de Mohamed me llama la atención y me pone en alerta. Mando un mensaje a Byan que