XLVI

1830 Palabras

Casi un mes después, finalmente pude convencer a Julian de que dejara su paranoia y que estaría bien trabajando en el hospital. Me había convertido en la primera doctora de la familia Hall y debíamos celebrarlo como nunca antes, ya que antes no habíamos podido. ¿Se podía ser más feliz? Julian prometió hacerme un regalo por hacer un excelente trabajo en la clínica, me preguntaba si el regalo era algo comprado o era algo así como… “Seré tu esclavo s****l durante el próximo mes”. Sentí mi rostro arder en llamas, ¡Jesús! ¿Desde cuándo era yo así de pervertida? Apenas podía creer que mis pensamientos siempre fueran hacia el mismo lugar. Era como un chico en el cuerpo de una chica, ¿o acaso todas las chicas pensaban en este tipo de cosas pero no las decían en alto? Bueno, era posible que s

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