Capítulo 30 Isabella Antoni me citó en este hermoso lugar. Es una cabaña en medio del río, hay pétalos de rosas rojas en el camino de entrada. Sonreí al caminar despacio encima de ellas. En el comedor había dos velas, una botella de vino tinto con dos copas de cristal acompañando una rica lasaña y ensalada. Me sentía tan feliz, Antoni me había organizado una cena romántica. —Todo está precioso. Al sentir que me abrazó por detrás, cerré los ojos, al sentirme rodeada por sus brazos. Depositó un cálido beso en mi cuello, que me erizó toda la piel. —Toma —me entregó una flor roja. —Me encanta. Me giré para estar frente a él, rodeé su cuello con mis brazos. Ambos sonreímos al mirarnos a los ojos y nos dejamos llevar en un cálido beso. Pasamos al comedor y como el caballero que ha sid

