Empujo la puerta de la habitación, todo está reluciente por el sol pero Claire sigue echada en mi cama y aún dormida a pesar de que es la hora de comer. Seth intenta abrir más la puerta para entrar. —Ni se te ocurra —le amenazo—. Ahora no quiero hablar contigo, estoy agotada. —¿Tan agotada que tu jefe te tiene que traer en ese puto Porsche? —brama. Se me levantan las cejas y cojo el pomo de la puerta para cerrarla un poco. Si dejo que entre en la habitación vamos a liarla más que si discutimos en el pasillo. —Pues sí, porque también me duele la cabeza por haber salido de mi comodidad de madrugada sólo para ir a buscar a un borracho que me trata como le viene en gana. Aprieta la mandíbula y planeo darme la vuelta y encerrarme. —j***r, espera —me frena y su mano se aprieta en mi codo—