Me clava sus dedos y no puedo seguir mirándole, pierdo el control de la razón y tiene que besarme para que no gima tan alto. En estos momentos se demuestran que él sabe mucho más, yo quería hacerle una vulgar paja o algo sencillo y él está aquí moviendo sus dedos dentro de mi dándome un placer que no sabía que existía. Parece que desde la última vez ha pasado demasiado. Un tercer dedo me puntea y me estremezco. —¿Vas bien si te meto otro? Es una pregunta que no esperaba, todavía estoy haciéndome a esta cara del sexo en la que todo es tan explícito. —Sí, sí... —digo con la poca voz que tengo. Siento una ligera incomodad al principio pero con unos cuantos vaivenes las paredes de mi interior se hacen a sus dedos. Seth se tumba a mi lado y no deja de mirarme hundiendo sus dedos en mi, hac