El viernes por la noche llego de la editorial mucho antes de que él salga de trabajar del estudio de tatuajes así que con la llave que me dio quito el candado y tiro de la cuerda que abre la puerta del garaje. Pesa menos de lo que parece y repito la acción cuando aparco dentro a toda velocidad para esconderme de estas calles. Intento pasar desapercibida, tener todo bien ordenado y ayudar con todo lo que pueda para pagar de alguna forma mi estadía. La lavadora ya se ha secado cuando salgo a revisarla del tendedero que hay en el jardín trasero, aunque Ayda me dice que ella puede hacer esas cosas o que Seth las hará, yo me pongo a planchar mientras vemos un documental de animales curiosos con mi cuenta de Netflix en el televisor. Están saliendo unos monos albinos y ya llevo por lo menos la