Me gusta oír eso y odio que tenga las palabras correctas para dejarme llevar. Me pregunto si no puede ser así hasta cuando bebe o nos enfadamos. Porque sí, me he dado cuenta, cada vez que se enfada intenta que la otra persona se enfade el triple. También me pregunto si a Sara le trataba así; rápidamente me respondo porque sé que no. Apuesto a que ella nunca le llevaba la contraria, a que no se quejaba de ninguno de esos sitios ni tenía ninguno de mis problemas. Seth me pasa el casco y me lo encajo sentándome detrás de él. La noche es clara pero algunas copas de los árboles se agitan de lado a lado, sobre todo en su vecindario. No es un lugar que me deje tranquila, apenas hay luz a estas horas y hay un grupo de hombres fornidos metidos en una nube de humo de a saber Dios de qué en uno de