Segundo cheque

1033 Palabras
CAPÍTULO 6 DANIELA CASARES Al fin llegué a casa, le dejo caer en la cama, me siento agotada por varias horas manejando, el tráfico estuvo terrible. Abrí una cuenta en el banco, por más seguro. Suena mi celular y contesto. —Estaba a punto de llamarte, para decirte que voy llegando a la casa. —Okay, mija, cuídate nos estamos hablando —Mi papá, así es, no más sabe que estoy bien, esas son sus palabras, me río. Prendo la televisión y me pongo a ver una novela por Blim Tv para distraer mi mente y no estar pensando idioteces. Me despierto exaltada, miro por la ventana y me doy cuenta de que está oscuro, ¿Cuántas horas dormí? Veo la hora en el celular, son las seis de la tarde, bestia es bien tarde. Veo a ver que tengo en el refrigerador, el otro día Andrés me trajo tamales con carne y frijoles puercos, los calentaré. Me acomodo en la cama, con cuidado de no tirar la comida, agarro el control y me pongo a ver “¿Qué le pasa a mi familia?”. Me gustó mucho esa telenovela, hace unos meses terminó. Tengo antojos de unos Tostitos preparados, se me hace agua la boca, me paro de la cama, mis antojos son más grandes que el frío que está haciendo, estamos a finales de noviembre y se vino el golpe, el frío, ni aviso. Termino de preparar mi botana, agarro un vaso y le pongo hielos y coca, bebo un pequeño sorbo, tomo todo y vuelvo al cuarto. Qué rico me quedó, está muy picoso. Como tranquila, disfrutando de mi botana y de la novela. *** Una semana después Me estoy alistando para irme de nuevo a Culiacán, por el último cheque a las oficinas de infonavit, nadie sabe que ya me dieron una parte, mi hermano se va a enfurecer cuando se entere y no le he dado nada, pero no sé me hace gusto si él nunca me ha gastos para hacer los movimientos, cuando le decía me dejaba en visto por vía w******p, cuando me buscaba era para saber si ya me iban a dar el dinero, si no era para eso ni hola me decía, ah no, no se me hace gusto eso, que se joda. Una tarde hablé con mi abuela y le platiqué que Leonardo únicamente me buscaba para lo del dinero y se enojó, delante de mí le marcó y lo regañó. Abro el portón para sacar, me gustaría ponerle uno eléctrico para no estarme subiendo y bajando cada vez que tengo que abrirlo y cerrarlo cuando saco el March. Si le pondré uno eléctrico, más fácil. Vengo viendo por el retrovisor por si a caso ese miserable no viene siguiendo como la vez pasada, al parecer no, ojalá que no se me aparezca porque ahora sí no respondo de lo que pase. Soy capaz de acusarlo de acoso, diciendo que me viene siguiendo, y que nunca le he visto. Horas más tarde llegué a las oficinas de infonavit, un guardia me preguntó que si a que vengo, luego de decirle me dice a donde debo ir, asiento con una amable sonrisa. Después de firmar lo que me pidieron, me dieron la entrega de mi cheque de cuatrocientos cincuenta mil pesos, en total tengo novecientos cincuenta mil pesos. Ay, Dios, ilumíname para saber administrar ese dinero que mamá me dejó. Agradezco a la señora que me atendió y salí de ahí. —Ahora si a volver a casa, gracias a Dios esto acabó —Me persigno y me pongo en marcha. Llego a la casa, y veo a Gisell esperando, en el camino me marcó y le dije que ya iba llegando. —¿A dónde andabas? —Me pregunta mientras me da un beso en la mejilla. —A un mandado —Me mira con el ceño fruncido —. Vamos a dentro —Abro el cancel y Sally le brinca a mi amiga, Cloti solamente levanta sus patitas para que le haga cariños, me la como. La tomo en brazos y le beso su cabecita, —Amo tu cuarto, bebé —Me río con Gisell, se deja caer en la cama, se acomoda, a gusto ella. Cloti se le queda viendo y la suelto y corre con mi amiga y la lame toda, me carcajeo al ver la escena. —Amiga, me hablo mi amorcito, bello y me dijo volveremos a ir al Manhattan en la noche —Blanqueo los ojos mientras río. —Okay. Se llegó la hora de irnos al antro, me di una última revisada en el espejo y me encanta como me miro, como toda una perra empoderada y fina. —Mi amor —Saluda mi primo a Gisell —. Te ves… —Mi amiga se ríe. Se vuelven a besar apasionadamente. Carraspeo —. Estoy aquí, eh, me bajo si quieren —Ambos ríen. —Prima —Me saluda Andrés. Rodeo los ojos y se vuelven a reír. —Está un poco solo el lugar —Comenta Gisell. Concuerdo con ella. —Iré al tocador —Asiente. Mi primo la toma de la mano y se la lleva a la pista. Termino de hacer mis necesidades. Me estaba lavando las manos cuando escuché su maldita voz. —¡Claro! Iker, por supuesto que voy a tu casa, dejo a mis amigas aquí en el antro y me voy para estar de nuevo en tus brazos y pasar la noche contigo, me muero porque me hagas tuya toda la noche hasta el amanecer como otras veces. Salgo enfurecida del baño, que ni las manos me seque, con solo estar ahí me daba repulsión, Iker es un miserable, y por poco y creo en él, gracias a Dios que no lo hice. Carraspeo y espanto las lágrimas de mis ojos, nada ni nadie me va a arruinar la noche, aquí vine para disfrutarla, no para llorar por un cucaracho vale mierda. Tomo mi bebida que me dio Andrés y nos vamos a la pista, está sonando la canción “Tusa de Karol G”. Me muevo al ritmo de la música, disfrutando de la canción.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR