—...Y este es uno de los mejores GPS que pueda haber. No se apaga, no se daña con agua, y no es detectado con facilidad. —Ancel alza el aparato, y de verdad tiene razón, es un aparato muy pequeño y n***o, lo que ayuda a que pueda pasar desapercibido.
Los dos están sentados en el suelo de la habitación, son las diez de la mañana en ese estado de Rusia. Ninguno había desayunado, aún no salían de la habitación, en cuanto ambos se habían despertado, Ancel se había dispuesto a señalarle todo lo que traía en la mochila.
Cámaras pequeñas, GPS, lentes, otros aparatos y algunas joyas en no lo eran y... ¿Armas?
—Ancel, ¿qué son? —pregunta Jennell en cuanto las ve, ¿cómo las había conseguido?
—Nueve milímetro no —sonríe y toma una para mirarla también—, en realidad me las consiguió un amigo, no s
