Jennell se arregló el flequillo y caminó pasando por un lado de él para dejar de estar bajo esa mirada de escrutinio y silencio de Ancel. ¿Estaba molesto? Él no era de esos silencios prolongados. Era amable, era reconfortante, era paz. Su paz. ¿Qué era lo que sabía? —Y bien... —comentó mientras buscaba agua en una nevera pequeña de la habitación y se sentaba en una esquina de la cama. Ancel reaccionó y se quitó el pasamontañas dejando su cabello rubio desordenado a la vista. Se quitó los guantes negros que tenía, porque al salir de Alemania, aún había residuos de vientos de invierno, y se quitó la chaqueta. Camino despacio por la habitación para tomar una silla y acercarla a la cama. Se sentó, y tras enviar un mensaje a Will confirmando su llegada, dejo el celular a un lado y le enfre