Toda la guardia viene a nuestro encuentro antes de que podamos poner un pie dentro. - La voy a llevar a la enfermería - informa a los que se han acercado - dice que han huido hacia el oeste. Sin preguntar ni cuestionar nada. Salen corriendo hacia el interior del bosque. Conforme avanzamos por los pasillos todos esta desierto, no hay nadie en sus puestos. Los guardias, mayordomos, doncellas o cocineras, ni un alma se ve. - ¡SOLTADME! - la voz de Andrew traspasa una puerta. El guardia que me lleva en brazos no aminora el paso. Continúa impasible hacia la enfermería. Tras nosotros una puerta se abre de golpe clavándose el pomo contra la pared. - ¡MALDITOS INUTILES! - Grita Andrew enfadado corriendo hacia nosotros - ¿Qué ha pasado? Me gira con cuidado la cabeza para ver la herida. Sin