Sin poder creer la manera cruel con la que mi hermano me estaba hablando, me fui a Los Ángeles, a encerrarme de nuevo en mi soledad y llamando de camino, a Camilo, que no me atendía. En esas estaba, caminando por el Aeropuerto, cuando una muy conocida voz, pronunció mi nombre y me dijo algo… … - ¡¡No lo llames que no te va a contestar!! (Muy serio) Rocío – ¡¡Javier, hola!! (Tratando de sonreír) ¿Qué dices? Javier – ¿Qué digo? Que así como no puedo creer que no me avisaras que te volvías, él tampoco… Rocío – ¡¡Pero es que nació Mauri!! Javier – ¡¡Qué bien!! (Sonriendo) luego llamo a Mateo… pero le podías haber dejado una nota al menos. ¡¡No lo llames!! (Al ver que de nuevo marcaba su número en mi móvil)… no está esperando por ti… Rocío – ¿Qué dices? ¿Cómo sabes? Javier – Porque se