Se quedaron mirándose fijamente unos segundos, pero el rostro enojado de Bea por aquel incidente con la inglesa, rápidamente se percató de nuestra tramoya… Bea – ¡¡Pe… nal!! (Retándole en su cara) Manuel – ¡¡Si me ha pegado Rocío!! (Indignado) Bea – ¡¡Tú me tiraste primero!! ¡¡Quítate!! (Levantándose) Rocío – Bea, yo le pegué… y él a ti fuera del área, es tiro libre… Bea – Contigo (acusándola con el dedo), ¡¡hablo después!! (Acomodando el balón) Tratamos de que el incidente no pasara a mayores y para el final de la jornada, cuando nos sentamos a cenar, supe que Rocío y Bea habían estado hablando. La chica latina, que había llegado apenas unos meses antes que yo a Los Ángeles, becada por la Universidad del club para estudiar en el mismo curso que Rocío y jugar en el