Rosa – ¡¡¡Hijaaaaaaaaa!!! Los gritos de mi madre nos despertaron a los tres. Nos miramos asustados, pensamos que le pasaba algo y corrimos hacia la sala. Mi hermano se nos adelantó, como siempre… abusaba de la fuerza de sus brazos para hacernos a un lado… Cuando llegué a la sala, con mi cuñada detrás, comprendí por qué mi madre y Mateo sonreían. No podía creerlo… todo el lugar estaba lleno de López de flores blancas y rosadas, en todas las tonalidades. Debía de haber, fácilmente, 50 ramos ahí… Rosa – Lo han traído recién… (Emocionada)… con esta tarjeta para ti… Rocío – Pero… (Con mis ojos como platos)… ¿qué es esto? (sorprendida, llevándome las manos a la boca) Mateo – ¡¡Las excentricidades de tu novio!! (Sonriendo) Rosa – ¿Novio? Mateo – Si, Camilo y ella son…