Cassandra
Liam dice que me desea… y ya lo dijo dos veces.
Puedo sentir el cálido aliento de su boca chocar contra los míos y el brillo en su mirada a pesar de que la habitación se encuentra completamente a oscuras.
Tengo que calmarme y reprimir el deseo que parece brotar por todos los poros de mi piel de manera irremediable.
Él no se lo merece, me había rechazado de la peor manera, aún cuando había bajado mis armas un poco, porque era mentir decir que mi cuerpo no lo deseaba esa noche de la horrorosa luna de miel.
Liam me mira expectante y acorto la pequeña distancia que nos separa, sintiendo el jadeo que sale de su boca y sus manos apoderarse de mi cintura de manera posesiva.
—Cassandra… quiero hacerte de todo, ¿me dejarás?
No le respondo y lo beso con ahínco, sintiendo cómo se rin
