—¿Escuchaste lo que pasó?, el señor Wolf le dio trabajo al pasante.
—¿Y eso?.
—El señor Wolf habló con el supervisor de piso, creo que va a tomarlo como su pupilo.
—¿Acaso crees que quiera algo con él?.
—Pobre Asher, estando en su posición como va a negarse a trabajar con él.
—¿No cuenta eso como acoso?.
—Es él señor Wolf, pero aún así, no me gustaría estar en los zapatos de Asher.
—No sabemos las intenciones del señor Wolf, a la mejor en verdad si quiere ayudarlo.
—Tan solo mira a Asher, es una maldición ser así de guapo.
Asher solo frunció el ceño mientras que escuchaba las conversaciones de sus compañeros. ¿Le gustaba al señor Wolf?, imposible, sería ridículo qué en tanto tiempo ni una mosca se le paró encima y que ahora tuviera de donde escoger, sonrió al pensar que Bastián estaría muy celoso, y borró su sonrisa al pensar que tal vez no sería así, tal vez su imaginación solo estaba yendo muy lejos.
Ni siquiera conocía al señor Wolf, era muy pronto para saber sus intenciones.
Y por otro lado, Bastián fue muy claro, sin sentimientos de por medio.
Había metido la pata hasta el fondo esta vez, pero era mejor que todo terminara ahora, antes de qué doliera mucho más, era increíble que en tan poco tiempo ese sin vergüenza logró meterse un poco en su corazón.
“Soy patético”, pensó Asher y se frotó la cara, se aflojó un poco la corbata al sentir cierto dolor en la garganta y suspiró.
Miró al señor Wolf salir de su oficina y regresó rápidamente su mirada a su trabajo, no quería verlo de más.
Mientras tanto Bastián pensaba en Asher, apretaba con fuerza una pelota para el estrés, mientras que su mirada estaba fija en la nada.
“¿Todo terminó?, ¿Quién dijo eso, idiota?”.
—Mi padre quiere que nos casemos en un lugar muy exclusivo, el jardín de somoro es muy lindo y en otoño siempre está de color amarillo, será genial para nuestras fotos de boda.
Bastián miró a la joven qué soñaba despierta. Cuando la miró llegar hoy a Koro, no supo como reaccionar, quería decirle que se fuera y que no lo molestara en el trabajo, pero ella venía acompañada de su madre, ¿Cómo iba a correr a su propia madre?.
Bastián tenía una debilidad por su mamá, estaba enferma del corazón y hacerla pasar un mal rato, era sólo tentar a la muerte, y al parecer, ella estaba de lado de Ruri, lo cual complicaba todo.
—¿No tienes cosas que hacer?—Preguntó Bastián de mal humor.
Ruri sonrió al ver a Bastián, estaba tan feliz de saber que se casaría con él, Bastián era perfecto, era muy guapo, súper alto, y fornido, era rico e inteligente, era el paquete completo, había tenido mucha suerte y aunque era algo frío, ella no se iba a rendir tan fácilmente, no sabiendo que los padres de Bastián la apoyaban en aquel matrimonio.
—¿Estoy molestándote?, tu madre dijo que podía venir, dijo que era mejor que nos conociéramos ya, le dije que no, pero ella insistió, inclusive viste que me trajo, al parecer…ella quiere nietos lo más pronto posible.
Bastián se sobó la cien. —Déjame explicarte algo, si me caso contigo es solo por obligación y no porque lo desee, no cruces los límites.
—No tienes que ser tan rudo conmigo, se que esta situación no es la mejor, pero mírame, soy bonita, inteligente, vengo de una buena familia, se que vas a enamorarte de mi.
Bastián casi se carcajeo, pero solo alzó una ceja y sonrió divertido. Pues no podía sacar de su mente a Asher, esos labios rojos y esos ojos, ese abdomen qué él poseía y el modo en que lograba calmarlo y alterarlo tan fácilmente, y mirar a Ruri decir aquello, bueno, el chiste se contaba solo.
—Claro, ahora vete, tengo mucho trabajo y no tengo tiempo de atenderte.
Ruri hizo un puchero, si dejaba escapar a Bastián, sería una tonta. Iría despacio con él, tarde o temprano, iba a lograr enamorarlo, ella estaba segura de eso.
—Está bien, te dejo trabajar, has mucho dinero para nosotros— dijo Ruri para después dirigirse a la puerta, abrió y se sorprendió de ver a un hombre tan guapo a punto de tocar.
“Cuantos hombres guapos trabajan aquí” pensó ella un poco asombrada, aunque no era para menos. Koro trabajaba con atletas famosos, por supuesto que vería hombres guapos.
—Buen día— dijo Ruri un poco emocionada, pues ir a visitar a su futuro esposo iba a ser muy divertido.
Elías fue quien había llegado a la oficina de Bastián, iba a tocar a la puerta, pero no fue necesario, pues esta se abrió, se hizo a un lado para dejar pasar a la sonriente mujer y solo sonrió devolviendo el gesto.
Miró salir a la feliz chica y entro a la oficina de Bastián, cerrando la puerta tras de si.
Bastián lo miró entrar y se recargó en su silla. —¿Ya se terminaron tus vacaciones?—Preguntó mientras miraba el calendario en su escritorio, los días habían pasado muy rápido, estaba seguro de que fue así porque estando con Asher el tiempo era muy corto.
—Lamentablemente si—Respondió Elías.
—Que bien que ya estas aquí, el departamento de diseño tiene un alboroto, pon orden por favor.
Elías sonrió y se acercó, se sentó en un sofá cerca y asintió.
—¿Y bien?—Preguntó Bastián, Elías no era su amigo, pero si era un buen colega, la relación entre ellos era meramente profesional, aunque de vez en cuando hablaban de cosas banales.
—No hay mucho que contar, playa, buena comida, y buenas siestas, unas vacaciones normales.
Bastián lo miró, sabía que Elías era gay, pero no le atraía en lo más mínimo, Elías tenía los mismos gustos qué Bastián, ambos eran Alfas a los que les gustaba dominar, en el trabajo se llevaban muy bien, y Bastián tuvo que ofrecerle una buena suma a Elías para que trabajara con él en Koro, así que lo respetaba y no cuestionaba sus decisiones. Elías había sido transferido a la sede madre, porque su experiencia era requerida, pero antes de mudarse de lleno, quiso tomarse unas vacaciones y ahora aquí estaba, listo para empezar.
—Vengo porque quiero pedirte algo, como ya sabes mi asistente renunció el mes pasado, acabo de llegar y tengo mucho trabajo encima, he visto el trabajo aquí y bueno…es un caos.
—¿Qué necesitas?—Preguntó Bastián.
—Un ayudante, en lo que encuentro un asistente.
—Bien, veré a quien puedo darte.
—Ya tengo a alguien, me gustaría enseñarle algunas cosas y además, se ve que tiene carácter.
—Pues si ya lo elegiste, adelante.
Elías se puso de pie. —Bien, gracias, por cierto, es uno de los pasantes, ¿No hay problema cierto?.
Bastián miró a Elías, en Elías se veía así mismo, nunca lo notó, hasta que Víctor se lo hizo ver, tenían los mismos gustos, pero…sería ridículo qué Elías se fijara en Asher, solo para corroborar, preguntó;
—¿Cuál pasante?.
—Asher Arum.
“Debí imaginarlo”, —¿Por qué él?, hay diseñadores más calificados, hay especialistas en Marketing qué matarían por aprender de ti
Elías frunció el ceño y sonrió. —Algo me dice que este chico va a llegar lejos, solo una corazonada, y lo quiero cerca.
Bastián negó, Asher era demasiado cálido y amigable, sabía que Elías no iba a poder resistirse a él, y no estaba seguro de que iba a decidir Asher, dejarlos juntos, era tentar al destino. —No, discúlpame, pero él no, escoge a cualquier otro, no me importa quien, pero él no.
—¿Por qué no?.
—Aún no es empleado de Koro, esta en una pasantía, aún si trabaja contigo, eso no le asegura su lugar aquí y lo sabes.
—¿Y no crees que tener tú recomendación y la mía le ayuden en un futuro a poder trabajar donde él quiera?, me gustaría ayudar a alguien como él.
—Eso solo si se gana nuestra recomendación.
—Pues entonces déjame tomarlo como mi ayudante y enseñarle, no parece alguien que tontee.
—Dices eso como si ya lo conocieras bien.
—Jamás me equivoco con las personas.
Bastián sonrió y se puso de pie, de pronto sentía que le faltaba el aire. —He dicho que no.
Elías por supuesto notó qué algo pasaba ahí, no era tonto. —Está bien, no insisto más, pero entonces no trabajaré aquí, el lugar es un caos y no quiero tomarlo, regreso a Londres mañana mismo.
—¿Ahora vas a chantajearme?.
Elías sonrió, esta mañana ya lo habían acusado de lo mismo dos veces. —No, pero no me estas dando las herramientas de trabajo que necesito.
—¿Necesitas a ese pasante?, ¿Cómo debo interpretar eso?.
—Estoy hablando de trabajo.
—Pareciera que no.
—¿Acaso estas celoso?, ¿Él es algo tuyo?.
—Estas desviando el tema— dijo Bastián perdiendo la calma, sabía que Elías era muy directo, sin filtros, si alguien le gustaba lo diría sin miedo.
—Fuiste tu quien se desvió, no vine a pelear, no me importa tu relación con ese chico, miré un informe qué hizo sin todos los datos necesarios y era malo, pero lo hizo mucho mejor que cualquiera con toda la información completa, ese chico tiene potencial y lo estas desperdiciando solo porque es un pasante.
—Conozco a mis empleados, se que hay mejores en ese campo, lo que me pides parece más un capricho.
—Lo es.
Bastián se sobó los nudillos y bufó, no podía perder a Elías, y tampoco quería perder a Asher. —Esta bien, si él acepta unirse a ti, no me opondré—Respondió al fin de mala gana.
—Bien— dijo Elías. —Preguntémosle entonces.