Capítulo 19. También me gustas.

1854 Palabras
Asher miraba a Bastián y no se sentía bien, se veía enojado, muy enojado, pero ¿porque se veía así?, era Asher quien fue humillado y dejado de lado solo por decir que le gustaba, ¿Qué había de malo en eso?, “Sin sentimientos de por medio”. Asher se sintió un tonto de nuevo, debió de saber que aquel acuerdo no era bueno para él, pues siempre era quien terminaba más enamorado en todas sus relaciones. —Oye Asher, estuve hablando con Bastián sobre ti…— dijo Elías haciendo que Asher saliera de sus pensamientos. “Así que por eso me mandaron llamar”, pensó Asher, el ambiente en aquella oficina se sentía muy pesado, sabía que Bastián no quería verlo, pero su mirada frívola estaba fija en él. —Le dije a Bastián qué te quiero en mi equipo. Asher se sorprendió al escuchar a Elías, lo había investigado un poco en Internet, y lo que encontró fue fascinante, Elías era el mejor en su campo, inclusive tenía un seminario donde daba consejos de digitalización y Marketing, todos los lugares para su sitio web estaban llenos, era como una súper estrella. —¿A mi?— Preguntó Asher sin comprender, ¿Porqué Elías lo quería en su equipo?. —Por supuesto, he visto lo que has hecho y creo que tienes lo que se necesita para ayudarme, y yo tengo lo que tu necesitas. Bastián sonrió incrédulo, ¿Porqué parecía que le coqueteaba? —¿Qué dices?, ¿Quieres unirte a mi?—Continuó Elías a pesar de sentir la mirada mortífera de Bastián sobre él. Bastián golpeo su escritorio y se puso de pie, odiaba fumar en su oficina, pero si no lo hacía sentía que iba a golpear a Elías. —Aunque aceptes, eso no te asegura un lugar en Koro— dijo Bastián mientras sacaba un cigarro y trataba de encenderlo con prisa. —Entiendo— dijo Asher, jamás pensó que tenia su lugar asegurado, ni porque fuera la pareja se*xual del mismo dueño. —Tal vez no te asegura nada, pero si lo haces bien, yo te daré una recomendación mía— dijo Elías y se acercó a Asher, puso una mano en su hombro y lo miró fijamente. —¿Qué dices entonces?, ¿Te quedas conmigo o no?. Bastián sacó una nube de humo de su boca y apretó la mandíbula mientras los miraba, odiaba a Asher, odiaba no poder dejar de pensar en él, odiaba su rostro tan perfecto, odiaba esos labios qué sabían tan bien, y esos ojos qué cuando lo miraban lo invitaban a querer abrazarlo, ¿Por qué era tan fácil quererlo?, su único defecto, era su amabilidad desmesurada, y Bastián aún se cuestionaba si contaba como defecto o no. “El amor es una estupidez, una perdida de tiempo y de energía, juro que jamás voy a amar alguien de nuevo”. Bastián tenía aquel juramento arraigado a su pecho, y al ver a Asher sentía que ese juramento era una completa tontería. Tenía miedo de enamorarse tanto, que finalmente acabara jodido, en especial, porque estaba seguro de que Asher iba a ser alguien a quien jamás podría olvidar, ya antes había casi perdido todo por nada, ¿Y si este era de nuevo el caso?, ¿Y si no?. —Si él señor Klutz lo aprueba… —A mi me da igual lo que hagas—Respondió Bastián de mal humor, aunque por dentro casi gritaba qué no, no lo aprobaba. Asher lo miró y tragó saliva, porque de pronto sus palabras dolían tanto. —Está bien, me gustaría ayudarlo en todo lo que pueda. Elías sonrió. —Que bien, haremos un buen equipo, ya verás. Elías miró a Bastián, su cara lo decía todo, quería arrancar la cabeza de alguien, Elías ya antes lo había sospechado, pero nunca comprobó nada, hasta ahora, Bastián sentía algo por ese chico, solo bastaba ver como lo miraba para saberlo. —¿Estamos bien Bastián?. —Claro— dijo Bastián mientras metía de nuevo su cigarro en la boca. —Bueno, vamos Asher, tenemos mucho trabajo que hacer, te mantendré ocupado así que de ante mano te pido una disculpa, no sales con nadie ¿O si?, me temo que desde ahora me perteneces solo a mi, al menos hasta que lancemos la nueva línea de calzado y de ropa. —No se preocupe señor, no hay nadie— respondió Asher sin mirar a Bastián —Que bien. —Asher— dijo Bastián al ver que ya se iban. —Necesito hablar contigo en privado. Elías solo lo miró y sonrió, salió de la oficina y Asher se sintió un poco sofocado al quedarse solo con Bastián, tragó saliva y se animó a verlo a la cara. —¿Qué necesita señor?—Preguntó tratando de recordar que ante todo, era su jefe y estaban en horario laboral, reprocharle algo ahora, no era apropiado. Bastián apagó su cigarro en el cenicero de su escritorio y se aflojó un poco la corbata. —Es sobre lo que pasó ayer, sobre lo que dijiste. Asher se avergonzó de recordarlo y Bastián se acercó a él para sujetarlo del rostro y hacerlo verlo, odiaba cuando Asher no tenía la vista fija en él. Asher empezó a sentir como su corazón latía rápido, ¿Qué era lo que hacía ahora?, ¿Por qué era tan fácil para Bastián ignorarlo y luego tomarlo como le viniera en gana?. —Lo que dije es verdad— añadió Asher sintiendo como su cuerpo se estremeció al tener tan cerca a ese hombre. —¿Cómo puedes decir que te gusto?, no me conoces, ¿Qué es lo que te gusta de mi?—Preguntó Bastián mientras miraba sus labios y como poco a poco el pobre Asher se rendía ante él. —¿Qué?. —Vamos dime, dime que te gusta de mi. Asher se negó y Bastián lo jaló hasta el sofá qué adornaba su pequeña sala de oficina, se sentó y sentó en su regazo a Asher, dejándolo de espaldas contra su pecho, respirando su perfume, mezclado con su aroma corporal, nunca había conocido a alguien como ese chico rubio, y era triste, si lo hubiera conocido algunos años atrás, tal vez ahora sería su esposo y no solo su secreto más preciado. Bastián jadeo un poco frustrado y deseoso, cuando lo tocaba no podía controlarse así mismo. Asher agradeció no tener que verlo a la cara, de lo contrario, Bastián vería cuanto le agradaba y como lo ponía con tan solo unas caricias, sintió las manos de Bastián desabrochando su bragueta y negó, quiso levantarse pero Bastián lo apretó con fuerza. —¿Así que no sales con nadie?. —¿Qué debía de decir?—Preguntó Asher sintiendo como sus manos empezaban a palparlo con descaro. —Que te gusta alguien, ¿No fue eso lo que me dijiste?. Asher trató de levantarse, se sentía un poco mareado. —Si huyes, juro que te irá peor—Murmuró Bastián sin entender porque estaba tan enojado y a la vez tan asustado de que él se fuera. Asher respiró hondo, no le quedó más que ver como Bastián bajaba su bragueta y sacaba su mim*bro, en su trasero sentía la virilidad de Bastián empezando a levantarse con dureza y eso lo excitaba de un modo sin igual. —Vamos dilo— ordenó Bastián mientras empezaba a acariciar la verg*a de Asher. —Por favor, ya basta— dijo Asher incapaz de detenerlo, las manos de Bastián se sentían bastante bien, sentir como lo apretaba con fuerza era extremadamente gratificante, Bastián sujetó con una mano su cuello y lo jaló contra su pecho, haciendo que Asher cayera de espaldas sobre él, dándole la oportunidad a Bastián de quedar cerca de su cuello y de su rostro. —Dilo de nuevo— ordenó Bastián mientras masajeaba con más fuerza él miem*bro de Asher. —Me gustas— dijo Asher sintiendo que estaba en la gloria misma. —Me gusta todo de ti…me vuelves loco…quédate conmigo…por favor—Dijo Asher mientras respiraba con fuerza y se retorcía un poco por aquel atrevimiento por parte de Bastián. Bastián se detuvo y Asher lo miró, para su sorpresa Bastián lo besó, cambió de posición, acostando a Asher en el sofá y subiéndose encima de él para verlo a la cara, las mejillas de Asher estaban rojas por el calor del momento, su pecho se movía agitado y sus manos sujetaban los brazos de Bastián. Bastián no podía más, se incorporó un poco y le quitó los zapatos con prisa, le bajó los pantalones de un tirón y los aventó lejos, dejando al pobre Asher semidesnudo. A Asher ya no le importó si alguien entraba y los veía, ahora más que nunca, quería salir de ese océano profundo y oscuro, salir a respirar un poco, en especial porque estaría acompañado de Bastián, sería genial qué entraran y los vieran de una buena vez, que vieran cuanto se deseaban y que el mundo ardiera a su alrededor. Así que esta vez, le ayudó a Bastián a desabotonar su pantalón. Estaban tan excitados y sedientos, que no les importó nada. Bastián escupió en su miem*bro y lo frotó para poder entrar en Asher, impaciente y agitado, no le dio tiempo a Asher de relajarse. Así que las lágrimas salieron de los ojos de Asher al sentir como Bastián entraba en él, respiró hondo y apretó los dientes al sentirlo hundirse aún más, un ligero dolor qué se sintió muy satisfactorio. Bastián por otro lado, sintió la presión en su pe*ne y cerró los ojos ante él glorioso placer qué eso le provocó, esperó un poco y miró a Asher, limpió sus lágrimas y lo besó con gentileza. —Dilo de nuevo— ordenó Bastián mientras entraba y salía con calma, disfrutando de cada movimiento, dejando que Asher se acostumbrara a él. Asher lo miró y lo jaló de la corbata para besarlo. —Me gustas— dijo con los labios pegados a los de él. Bastián se sintió aún más motivado, pero algo no se sentía bien del todo, tenía que decirle a Asher y temía qué no le iba a gustar en absoluto, pero alejarlo, ya no era una opción. —También me gustas…No te imaginas cuanto— dijo Bastián al fin. Asher sonrió, eso significaba que algo podía pasar entre ellos por fin, habían dado el primer paso, se sintió feliz, realmente sintió que esta vez, estaba con la persona correcta. Gimió cuando después de unos minutos se vino y miró a Bastián correrse dentro de él tan solo unos segundos después, acarició el rostro de su jefe y limpió un poco el sudor que salía de su frente, lo besó en los labios y suspiró. Miró a Bastián incorporarse un poco y se sintió un poco preocupado al ver la mirada de Bastián. —Perdóname Asher— dijo sujetando una de sus manos y llevándola hasta sus labios, le dio un beso y suspiró. —Voy a casarme.
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