Capítulo 6. Un deseo ardiente.

2033 Palabras
Al llegar al restaurante qué Bastián eligió, Asher no pudo no pensar en ¿Cuánto dinero iba a gastarse en aquel lugar?, la comida debía de ser costosa si él lugar se veía así de bien. Era un restaurante de comida japonesa. Asher sabía que ese lugar siempre estaba lleno y solo se podía apartar mesa con un mes de anticipación. ¡Un mes!. Pero al ver como recibían a Bastián, le quedó claro, que él sin duda no era un hombre que esperaría un mes por algo como una mesa para comer. Los llevaron hasta una sala privada y eso deslumbró aún más a Asher. ¿Cómo había conseguido una sala privada?, ¿En verdad tenía tanto dinero?. Se sentó con cautela y admiró todo a su alrededor. El lugar era elegante, limpio y agradable, muy cómodo, entendía porque la gente esperaba tanto por tener la experiencia de comer en un lugar así. “¿Acaso quiere impresionarme?”…Asher sacudió la cabeza, por supuesto que no, cualquiera que viera a Bastián, se daría cuenta de que él tipo no comía en algún puesto callejero. —Ordena lo que quieras— dijo Bastián mientras miraba la cara llena de emoción de Asher, él no podía verse así mismo, pero su expresión era demasiado tierna, lo que hizo que Bastián se sintiera feliz de haber escogido aquel lugar. —¿Nunca habías venido a un lugar así?. —No, no es algo que me pueda permitir, adquirí una deuda estudiantil qué aún no termino de pagar, así que…este tipo de lugares solo son un lujo innecesario para mi, pero es muy bonito—Respondió Asher un poco derrotado, pues él si comía en puestos callejeros, y eso ya era mucho para él. Bastián sonrió. —Entonces disfruta la comida sin limitaciones, yo invito. —No, como cree—Se preocupó Asher. —¿Me invitarás tu?. Asher se encogió en hombros y negó —Lo siento— dijo luciendo demasiado encantador. —Entonces ordena lo que desees. Asher asintió y miró todos los platillos deliciosos que servían ahí, su estómago rugió en automático y eso lo avergonzó. Bastián enarcó una ceja y sonrió. Pidieron de comer y mientras esperaban, Bastián no perdió el tiempo. —¿Te puedo hacer una pregunta personal?—Preguntó él. Asher asintió. —Víctor me dijo que fuiste m*****o del club de los solitarios en la universidad, ¿Es verdad?. Los nervios invadieron a Asher, todo el que asistió al club de los solitarios, era gay, ahora no importaba si lo negaba, Bastián ya lo sabía. —Si, es verdad. —Yo también fui m*****o—Confesó Bastián sin vergüenza a quedar expuesto, su plan ya estaba en marcha y quería que Asher lo supiera. —Si, Víctor me lo dijo, y no se preocupe…yo…yo no diré nada. —Creo que él quiere emparejarnos. Asher sonrió y negó. —Que tontería ¿No?. —¿Te parezco tan poca cosa?. Los ojos de Asher se abrieron de golpe y negó con rapidez. —¡No!, no lo decía por eso, usted es un hombre muy atractivo, esta en un nivel muy superior al mío, no creo tener tanta suerte para salir con alguien como usted. Los labios de Bastián se curvaron de un modo muy sensual, haciendo que Asher sintiera calor. —¿Crees que soy atractivo?. —Si—Murmuró Asher. Bastián asintió y lo miró fijamente por un par de segundos, hasta que decidió preguntar. —¿Quieres venir a mi casa esta noche?. El silencio inundó él lugar. Asher no podía creer que eso estuviera pasando, no era muy difícil descifrar a lo que lo estaba invitando, y era un poco difícil de creer. ¿Estaba soñando?, ¿Bastián Klutz lo había invitado a su casa?. —¿A su casa?—Preguntó Asher sin poder creerlo. —Si. —S…si…si me gustaría. Bastián asintió y respiró aliviado, al menos ahora sabía, que no le era indiferente a Asher. Ambos comieron y hablaron de cosas sin sentido, el tiempo que estuvieron en la universidad, las carreras qué estudiaron, en donde vivían, de donde venían y su estado sentimental. Fue agradable para Asher poder hablar con alguien como Bastián y sentirse libre, sin tener que cuidar lo que decía o lo que pensaba, se podía ver lo educado qué era Bastián, y lo inteligente en cada palabra que salía de su boca, su modo de pensar era muy atractivo, en varias ocasiones Asher se encontró así mismo admirándolo más de la cuenta. Al volver al trabajo, Asher no podía dejar de sonreír como tonto, ¿había ligado con un tipo tan fantástico?, apenas y podía creerlo. Se sentía emocionado y deseoso de ver que pasaba esa noche, había pasado un tiempo desde la última vez que tuvo sexo, así que su cuerpo estaba algo exigente y saber que iría a casa del presidente, lo mantenía algo acalorado. Pero mantenía los pies en la tierra, tal vez Bastián solo quería charlar, y tal vez nada de lo que se imaginaba pasaría esa noche. Esperó en el estacionamiento tal y como Bastián le dijo, lo miró llegar, y de nuevo sintió qué su corazón se volvía loco. El porte de Bastián era muy atractivo, Asher sintió el calor en sus mejillas al imaginarlo desnudo, todo lo que Bastián Klutz podía hacer con ese cuerpo, debía de ser majestuoso… “Soy un maldito pervertido”, se regañó así mismo Asher. —¿Llevas mucho esperando?—Preguntó Bastián mientras sacaba las llaves de su auto. Asher negó. Subieron al auto y Bastián condujo en completo silencio, mientras que Asher pensaba en si decir algo o no. Los nervios no lo dejaban, si hablaba ahora, seguro iba a tartamudear, así que prefirió el silencio. Al llegar al departamento de Bastián, Asher se sintió maravillado, él tipo vivía en un complejo de edificios muy costosos. Tenía todo un piso para él solo, los colores del lugar eran el n***o*, blanco y el gris, la vista era maravillosa y la elegancia se podía ver en cada rincón. —Ponte cómodo, ¿Quieres algo de tomar?—Preguntó Bastián mientras dejaba sus cosas en un sofá. Asher parpadeo y asintió. —Agua está bien— dijo mientras se quitaba la mochila donde guardaba su laptop, se quitó el abrigo y aflojó un poco su corbata, no sabía donde poner todo, así que dejó sus cosas donde Bastián puso las suyas. Mientras que Bastián le servía un vaso de agua y un poco de licor para él, Asher husmeaba en el lugar, Bastián tenía un estante en la sala, con algunos libros, y algunas fotos de él con amigos y amigas. —Tu departamento es grandioso—Mencionó Asher. —Si, me gusta, no es lo que buscaba, pero está bien— respondió Bastián desde la cocina. —Todo me queda cerca. —¿Vas a quedarte mucho aquí?. —Lo estoy pensando. Asher asintió y tomó el vaso qué Bastián le trajo. Bebió el agua y se sintió cohibido por la mirada de Bastián, se sentía pequeño estando frente a él, y aun mucho más, estando a solas. —¿Estás incómodo?—Preguntó Bastián. —No, incómodo no, nervioso. —¿Nervioso?. —Usted es el presidente de Koro, no quiero hacer algo tonto. —Entonces estas aquí solo porque soy el presidente, ¿Quieres quedar bien conmigo?. Asher negó. —No…usted es muy guapo…yo…—Asher sonrió avergonzado. —Debería de irme, ni siquiera se que hago aquí. —Creo que si lo sabes— dijo Bastián mientras acortaba la distancia entre ambos, lo que hizo que Asher se quedara quieto en su lugar, observando como aquel caballero quedaba frente a él. —No me gustan los juegos, así que seré directo, quiero tener sexo contigo esta noche, si no quieres está bien, entenderé, sea lo que sea que decidas, no lo divulgues en el trabajo, o tendré que tomar medidas— dijo Bastián para después beber todo el líquido de su vaso. Asher se quedó un poco asombrado, Bastián era un tipo con mucha seguridad en si mismo y decir aquello así como así, era un poco asombroso, se sintió aturdido por un momento. “Quiero tener sexo contigo”, Asher apenas y podía pensar correctamente. —No diré nada— respondió al fin, evitando verlo a los ojos. —Y si…, si quiero tener sexo con usted— respondió él pensando que era fácil ser directo igual que Bastián, pero al terminar de decir aquello, su rostro se puso rojo como una manzana. Bastián sonrió y asintió. —Una cosa más, esto no significa que tendremos una relación sentimental, solo pasará esta noche, ¿De acuerdo?. Asher asintió. Bastián le quitó el vaso para ponerlo en una mesa de centro y lo tomó de la mano para guiarlo hasta su habitación. La cabeza de Asher empezaba a dar vueltas mientras miraba la espalda de ese hombre y su mano entrelazada con la de él. La habitación de Bastián era muy grande, la cama estaba bien tendida con sábanas grises y almohadas negras*, las paredes eran blancas y solo adornadas con un enorme cuadro qué Bastián compró en una galería. Había un buró y un enorme televisor, era el departamento de un soltero, solo con lo necesario. —Iré a ducharme primero— dijo Bastián soltando la mano cálida de Asher —Puedes ver el televisor en lo mientras, siéntete como en casa. —Eh, si. Asher lo miró entrar al baño y respiró hondo, tenía que calmarse, su entre pierna palpitaba, mientras que una erección empezaba a dolerle. Se miró así mismo esperando que no se viera mucho, no quería que Bastián viera lo urgido qué estaba y lo mucho que lo prendía. Después de diez minutos casi se atraganta con su saliva al ver a Bastián salir del baño, envuelto con una toalla en la cintura y secando su cabello con otra. Tenía un abdomen marcado y con algunos tatuajes, sus brazos musculosos y ese rostro tan perfecto, hicieron qué él pobre pasante se sintiera aún más acalorado. —Ya puedes bañarte, hay toallas limpias en uno de los gabinetes, usa lo que necesites— dijo Bastián como si nada, se veía tan tranquilo qué Asher se sentía tonto. El pobre asintió incapaz de hablar y se apresuró a entrar al baño antes de que Bastián mirara su erección tan rígida. Se bañó con agua fría y se lavó cada parte del cuerpo con sumo cuidado. Se secó el cabello un poco y se miró al espejo, su cabello rubio estaba un poco largo, lo peinó hacía tras dejando su rostro libre, se dio unas palmadas en las mejillas e inhaló hondo. “Vamos, cálmate ya”, se dijo así mismo. Salió del baño y Bastián se sintió aún más atraído por él, Asher era delgado, pero tenía buen físico, y esos ojos azules eran toda una tortura, su piel se veía radiante, y tenía unos labios rojos qué se moría por probar, no quería esperar más, desde que lo vio, tuvo ganas de tocarlo y no iba a perder la oportunidad. —¿Estás listo?—Preguntó Bastián tratando de ocultar lo desesperado qué estaba. Asher asintió. Bastián se puso de pie y fue hasta él, examinó su rostro y acarició sus labios con delicadeza, Asher tenía unos labios muy apetecibles, estando solo envuelto con aquella toalla se veía tan vulnerable como una hermosa flor. —Eres muy guapo — dijo Bastián admirándolo sin tapujos, se sorprendió así mismo de haber ido tan rápido con aquel pasante, pero nunca antes, alguien le gustó a primera vista, se sentía ansioso y todo lo que quería era calmar esa erección* qué lo molestó todo el día. —Gracias—Murmuró Asher. Sin más tiempo que perder, Bastián se acercó a sus labios y lo besó con gentileza, dejándose llevar por el momento, Asher le correspondió sintiendo como las manos de Bastián lo sujetaban de un modo posesivo. Ambos empezaron a sentirse desesperados, fueron a la cama y se miraron con ese deseo que poco podían ocultar.
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