[Advertencia: A partir de este capítulo las escenas de sexo* pueden ser muy explícitas, se recomienda proceder con criterio].
………….
Bastián le quitó la toalla y pudo admirarlo sin limitaciones, era todo una delicia, de inmediato su miembr*o se puso rígido e impaciente de poder entrar en él.
Era tan magnífico qué no pudo contener sus manos, quienes estaban impacientes por poder tocar esa hermosa piel.
Acarició el cuerpo de Asher y se agachó para lamer sus pezones, mientras que Asher empezaba a sentir el placer inundarlo, avergonzado y con las mejillas enrojecidas, apenas y podía ver a Bastián a los ojos.
Bastián se quitó la toalla qué lo cubría y Asher se sintió un poco alarmado, tenía un miembr*o enorme qué lo hizo tragar grueso, no había tenido muchos hombres en su vida, tan solo 3, pero ninguno de ellos se le comparaba a Bastián, ni siquiera Víctor, quien era un tipo atlético, ¿Cómo podía ser posible?, ¿Acaso era el destino?.
No había tenido sexo en casi siete meses, así que sabía que iba doler un poco.
—No te preocupes, seré gentil— dijo Bastián al ver que Asher miraba fijamente su m*****o*.
Asher se sintió agradecido de que Bastián pudiera leer su mente. —Por favor hazlo despacio—Pidió Asher sin poder sostenerle la mirada.
Bastián se puso de pie y fue a uno de sus cajones, sacó un lubricante y un par de condones.
Se untó de aquel gel en el pene* y se puso un poco más en los dedos.
Se acercó a Asher y sonrió.
Asher gimió cuando Bastián introdujo sus dedos en su ano*, esa sensación casi lo vuelve loco, no fue doloroso, pero si se sintió algo extraño, no sabía si sentir placer o vergüenza, era su jefe él qué le hacía tal cosa.
Y cuando Bastián empezó a masturbarlo* con la otra mano, Asher no pudo controlarse más y empezó a gemir con descaro, olvidando con quien estaba.
—Eso es, abre ese culo* para mi— dijo Bastián mientras lo miraba perderse en el placer.
Asher se sujetó de las sábanas con fuerza mientras sus músculos se contraían, rugió cuando Bastián lo hizo venirse, nunca se había corrido tan rápido, tan solo habían bastado un par de masajes para lograr hacerlo terminar de ese modo.
Estaba recomponiéndose, sintiéndose avergonzado, cuando sintió el m*****o* de Bastián en la entrada de su culo*.
Lo miró a los ojos y Bastián sonrió. —Ahora mira como te follo*.
Asher casi gritó cuando Bastián entró en él, sentía la dureza de su virilidad* y eso lo hizo apretar los dientes.
—A, duele…mmm…agh…
—Apenas va la mitad—Dijo Bastián demasiado extasiado, incapaz de parar.
Bastián empujó más y unas lágrimas en los ojos de Asher se escaparon.
—Relájate— dijo Bastián al sentir como apretaba con fuerza.
Asher tuvo que respirar hondo para poder relajarse, no supo en que momento él dolor pasó a convertirse en placer puro, las envestidas de Bastián lo volvían loco, y para Bastián era gratificante verlo gozar.
—Ya…no más…—Se quejó Asher mientras sentía como las manos de Bastián lo sujetaban de las caderas con fuerza, haciendo que su m*****o* entrara por completo en él.
Sabía moverse, sabía cuando parar y cuando continuar, sin duda era todo un experto en el sexo*.
—¿Me detengo?—Preguntó Bastián mientras se lamía los labios y admiraba aquella hermosa espalda.
—Mmm…si…agh…mmm…
Bastián sonrió, no parecía que Asher en verdad quisiera que se detuviera, le dio una nalgada y se tumbó sobre Asher, sometiéndolo por completo debajo de él.
Y después de unos minutos de aquella tortura tan exquisita, Bastián se vino con fuerza, haciendo que Asher temblara ligeramente.
Asher creyó que sería todo, pero no fue así, Bastián sacó otro condón más y lo llenó de lubricante, entró de nuevo en Asher y la deliciosa tortura continuó.
Asher se vino una segunda vez, regando todo su semen* en su blanca piel, Bastián nunca había visto algo que lo excitara tanto, la cara llena de placer de Asher era una maravilla, se vino una vez más y antes de que Asher corriera al baño, Bastián lo sujetó y lo puso de perrito impidiéndole huir.
—Señor…no podré una vez más…no.
Las palabras de Asher no fueron escuchadas, era porque parecía que suplicaba por sexo*.
Asher apenas podía respirar, su culo* empezaba a doler un poco, pero la sensación era magnifica, dejó de contar cuantas veces se había corrido después de la tercera vez, y aun no pensaba que fuera suficiente.
Bastián pasó de ser gentil a ser un salvaje sin límites, sus envestidas eran una locura, sus besos eran desesperados y sus gemidos eran la gloria misma. Recorrió cada parte de Asher como un explorador nato, no podía dejar de tocarlo, y de besarlo, buscaba sus labios con desesperación y los tomaba prisioneros hasta que Asher casi se quedaba sin aliento.
Tuvieron sexo casi toda la noche.
Asher no supo en que momento perdió el conocimiento, pero en un punto ya no pudo más y se quedó completamente dormido.
Esa fue la señal de Bastián para terminar aquello.
Lo miró completamente rendido y sonrió, el sexo* con Asher, fue…espléndido, pocas veces alguien le seguía el ritmo, Asher aguantó más que la mayoría.
Aun contra su voluntad, lo dejó descansar y fue a beber agua, se dio una ducha y limpió a Asher con cuidado, pues estaba lleno de semen* y de sudor.
Lo arropó y se acostó junto a él, admirando ese bello rostro, hasta que se quedó dormido.
En la mañana, cuando Asher despertó se sintió un poco adolorido, no había una parte de su cuerpo qué no le doliera.
Sonrió al ver al hombre que dormía a su lado y suspiró. Por un momento creyó que todo había sido un sueño, pues eso pareció. Había sido una de sus mejores noches.
Se talló los ojos y se examinó así mismo. “Estoy limpio “, miró a Bastián y sin duda pensó que era un caballero.
Fue al baño y al mirarse al espejo sus mejillas se tiñeron de rojo, tenía marcas en el pecho, en sus pezones y en sus hombros.
“No sentí cuando me hizo esto”, pensó mientras sobaba su delicada y blanca piel.
Salió sin hacer ruido y empezó a vestirse.
—¿Quieres que te lleve?.
Asher se sobresaltó, miró a Bastián quien se tallaba los ojos somnoliento, aún en ese estado se veía muy guapo, era envidiable.
—No hace falta, pediré un taxi, es muy temprano, duerme un poco más.
Bastián recobró los sentidos y miró el desastre de condones en el piso, ahora que pensaba claramente se daba cuenta de que se había excedido un poco.
—¿Estás bien?, ¿Lograste descansar un poco?—Preguntó algo preocupado.
—Si—Respondió Asher un poco avergonzado, se recordaba así mismo gimiendo y eso lo apenaba.
—Te llevaré, solo déjame ponerme algo.
Asher lo miró levantarse e ir al armario, Bastián se puso una camisa blanca y un pans n***o, se acercó a él y lo sujetó del rostro con cariño, para sorpresa de Asher, le dio un beso en los labios y acarició su mentón.
—¿Seguro que estás bien?.
Asher asintió sintiendo como su corazón empezaba a latir muy rápido. —Si.
—¿Fui muy rudo contigo?.
—No, no te preocupes.
—Bien, vamos.
Bastián llevo a Asher hasta el edificio donde vivía, y antes de que bajara le dio un último beso.
—Fue increíble, gracias.
—También me gustó, gracias por traerme.
Asher bajo del auto y sonrió muy feliz, Bastián era un hombre de ensueño, y en verdad esperaba, volver a repetir lo que pasó esa noche.
…………
—¿Llegaste en la madrugada?—Preguntó Laurent asombrado.
Mako solo sonrió. —Déjalo, ya es un hombre, ¿Por qué te metes en sus cosas?.
—¿Pasaste la noche con una chica?, ¿La conocemos?—Continuó Laurent con su interrogatorio.
Asher se arreglaba la corbata. —Pasé la noche con alguien, confórmense con saber eso— respondió él.
—Eres un desgraciado con suerte— dijo Laurent algo celoso, pues él no había tenido sexo en días.
Al llegar al trabajo, mientras Asher esperaba él elevador, sonrió al recordar los besos que Bastián dejaba en su cuello, fue muy gentil y a la vez fue muy posesivo, una combinación extraña, pero que fue muy agradable.
—Ahí viene el señor Klutz— murmuró alguien.
Asher se sobresaltó y miró hacia la entrada, era verdad, Bastián iba llegando, luciendo impecable y fresco, como si no se hubiera desvelado gran parte de la noche, los nervios invadieron Asher, ¿Qué debía de decirle?, ¿Debía de regalarle una sonrisa?.
Saludarlo era lo más correcto, se aclaró la garganta y se enderezó, por supuesto que iba regalarle su mejor sonrisa.
—Buen….
Bastián subió al elevador sin siquiera detenerse a verlo, su asistente qué iba detrás de él, subió y detuvo a todos los que esperaban él elevador.
—Esperen el siguiente elevador por favor.
Asher esperaba ver sus ojos, pero Bastián mantenía la vista fija en una tablet qué llevaba en sus manos.
Las puertas se cerraron y todos suspiraron enfadados.
—Es muy guapo ¿Verdad?.
—Escuché que sale con la hija de un Millonario.
—Que afortunada debe de ser la mujer que sale con el presidente.
Asher se sintió un poco ridículo, se había quedado con el saludo en la boca y eso fue suficiente para saber que lo de anoche nunca más se iba a volver a repetir, tal y como él lo dijo.