Mi billonario encantador

V. Alma solitaria

Las palabras del señor Richard todavía resuenan en mi cabeza, casarme con... Arthur.

A pesar de que entre Arthur y yo, habíamos quedado en que intentaríamos hacerlo real..., igual eso me daba muchos nervios. ¡Me iba a casar!

Hasta ahora no se lo he dicho a nadie, mañana no hay clase y le diré a mi madre sobre mi próxima boda porque igual tengo una sección de fotos (a petición del señor O'Donel) para hacer oficial nuestro matrimonio.

Hace una hora que termino la fiesta, y la verdad no la disfrute mucho. Entre algunas copas de vino y de champaña cara, el tiempo fue pasando; además me la pasé más metida en mis pensamientos que en esa fiesta. Creo que la fiesta era una simple excusa del señor O'Donel para invitarme y darme tremenda noticia.

Cabe resaltar que esto no era ni bueno ni malo... ¡TODO ERA CULPA DEL IDIOTA DE ARTHUR! ¿Por qué me beso? ¿Por qué me hace sentir así? ¿Por qué el chico que más odiaba ahora me voy a casar con él, aunque por obligación, pero yo le pedí una oportunidad?

¿Estoy cambiando?

Y eso es algo que me asusta, cuando giro mi cabeza para mirar a Arthur, tiene su hermoso cabello castaño claro pegado a su cara. Relamo mis labios y me remuevo incomoda. Unos minutos después veo como el auto se aleja de la carretera y se queda a un lado de esta y yo confundida pregunto:—¿Paso algo?

Arthur se desabrocha su cinturón, toma mi mentón suavemente y me besa. Quisiera decir que no le respondí el beso, que lo empuje y hui de él. Pero en vez de eso sigo su beso, siento como si el tiempo a nuestro alrededor se paralizara... Su beso al principio es lento, pero después comienza a tomarse demandante, apasionado y posesivo. Como si quisiera tomar algo de mí. Su lengua comienza a danzar con la mía, y dentro de mí, mariposas o lo que fuera comenzó a hacer estragos.

El ambiente comienza a tornarse caluroso, mis mejillas se comienzan a teñir de un tono rojizo. Me falta el aire, Arthur toma todo de mí. Aquel chico, se alejaba un poco de mí, posa su mano en mi muslo y me mira fijamente, yo me estremezco excitada y comienza a subir lentamente hasta llegar a mis bragas de encaje.

—Interesante señorita Weer. —murmura Arthur con un tono de voz ronco, aunque con ese tono se escucha aún más sexi.

Toca mi entrepierna por encima de las bragas y yo me estremezco. A continuación, Arthur mueve mis bragas a un lado y en el momento en que sus dedos hacen contacto con mi piel, me estremezco, arqueando mi espalda. ¿Lo haríamos aquí?

Él introduce un dedo dentro de mí, gimo fuertemente para después sentir los labios de Arthur sobre los míos callando un poco mis gemidos. Siento como miles de corrientes eléctricas viajan por mi columna, estoy más que excitada. Quiero más. Pero no aquí.

—Eso es un pequeño adelanto, porque a la próxima te haré mía en tu cama. Y lo te voy a coger muy duro.

Mis mejillas quieren explotar y aún más cuando llego al orgasmo y exploto en mil pedazos. Arthur saca su dedo de dentro de mí, lleva su dedo a su boca, lo saborea como si de un delicioso dulce se tratase y continua el camino. Como si nada.

***

Caigo sobre mi cama ya en pijama. No entiendo la necesidad de casarse conmigo, soy una chica normal. Me gusta sacar buenas calificaciones, soy fotogénica. Hasta tengo delirios de rica, pero jamás se me había pasado por la cabeza casarme con Arthur o con cualquier hombre con dinero por interés, (a pesar de que habíamos quedado en que intentaríamos hacerlo real).

Además, le tenía que decir esta noticia a mi madre, antes de que apareciera en televisión. Según el señor Richard, quería que la forma en que quería que lo hiciéramos público fuera con una foto en nuestras r************* con Arthur pidiéndome ser su esposa. Según el "a lo actual". Diríamos que llevamos más de un año saliendo y que no queríamos hacerlo público.

Eso me asustaba.

Abrazo mi peluche que me regalo mi madre de cumpleaños número 8, y lo abrazo hasta quedar profundamente dormida.

* * *

Cuando me despierto, lo primero que hago es revisar mi celular. Siento un gran vacío por el hecho de darle esta noticia mi madre. No por el hecho de que se vaya a molestar, de hecho, se va a poner feliz. Simplemente es porque se va a obsesionar. La conozco y sé que va a querer llevar el tema de la boda ella sola.

Salgo de mi habitación aun en pijama, me encuentro a mi madre viendo una novela en Netflix titulada: Pasión de gavilanes.

—Buenos días, mami.

—Buenos días, bebe, ¿Cómo dormiste?

—Muy bien.

Me siento al lado de mi madre, me muerdo el labio inferior nervioso. Las palabras no salen de mi boca.

—Mami... tengo que hablar contigo sobre algo importante.

—Si claro bebe, ¿dime?

—Me voy a casar.

Mi madre pausa la novela y me mira fijamente, yo me quedo expectante de su siguiente movimiento: Un golpe.

—¿Con quién? —Me pregunta molesta—, ¿Con el idiota de tu exnovio que te habías sido infiel?

—No, mami.

—¿Entonces con quién? Habla de una vez Hally Marie Weer antes de que me dé rabia y termine golpeándote.

—Mamá—murmure asustada, para después morder levemente mi labio inferior en un acto nervioso—Habla. —refunfuña mi madre.

—Con Arthur.

—Oh Dios mío, ¿es en serio? No bromees con eso Hally. —mi madre abre sus hermosos ojos azules de para a par, y me mira expectante esperando mi respuesta.

—Es en serio, la boda se llevará a cabo dentro de 6 meses. Lo más probable es que entre hoy y mañana se haga público.

Mi madre pone sus manos sobre su boca sorprendida, para después abrazarme fuertemente.

—Gracias Dios, creí que mi hija moriría sola con miles de gatos.

—Bueno, esa no es mala idea.

—Dile al señor O'Donel que yo me voy a encargar de la boda.

—Está bien... —lo sabía— Pero no es necesario, los O'Donel, tienen miles de empleados a los cuales pueden hacer eso.

—¿Qué? —pregunta mi madre en un tono triste— ¿no quieres que tu madre se haga cargo de eso? 

—Está bien, solo no quiero que te estreses con ese tema, pero si quieres hacerlo, le avisaré al señor O'Donel.

—¡Qué felicidad! —mi madre me vuelve a abrazar, que día tan difícil será hoy.