Es algo tarde cuando llego a la oficina, por inercia miro hacia la puerta de la oficina que ocupa King y me pregunto si ya llego o aún está más retrasado que yo. Había sido una noche interesante y mañana muy interesante y satisfactoria. ¿Para qué negarlo? ¡Dios! Hace mucho no la pasaba tan bien. Lo más curioso es que haya sido King el hacedor de ese hecho. Los ojos de Blue son de sorpresa porque nunca llego tarde, menos cuando tengo compromisos, como lo es la reunión que debería empezar en unos treinta minutos. —¿Estás bien? —Inquiere siguiéndome dentro de la oficina y cerrando detrás de sí. — ¿Miranda? —¿He? Sí, por supuesto, solo que se me hizo tarde —murmuro apenas viéndola. Siento que, si la miro directamente, ella podrá leer en mis ojos lo que ha sucedido con King. —No tengo mucho