Pensar que entre King y yo puede haber una relación de trabajo cordial es un eufemismo. Han pasado unos días desde nuestro encuentro en la playa y hasta ahora todo había sido cordial entre los dos, pero lo que acaba de hacer me deja claro que eso ha quedado atrás.
La puerta de la sala de juntas se abre y aparece King con expresión despreocupada, llevando su traje de tres piezas a medida y toma asiento en la otra punta de la mesa.
—¿Por qué cancelaste mi orden sobre el presupuesto para la impresión del próximo libro? —suelto sin preámbulo, con un tono firme, pero controlado. —Ese presupuesto ya estaba aprobado y, lo que es más importante, está fuera del ámbito de la auditoría. No tenías ningún motivo para intervenir.
King ladea la cabeza ligeramente, como si estuviera evaluando mi pregun
