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2216 Palabras
-Estoy enamorada de Cameron- Muy en el fondo sabía que haber dicho esas palabras era muy estúpido de mi parte, pero era la verdad- El llegara por mi, Alec – Cada vez que sus ojos me observaban, un escalofrío pasaba por mi cuerpo, tan frío. Los ojos negros que tanto me gustaban , no eran lo mismo que estos. -¿Crees que me importa?- Me asuste al sentir su agarre violento en mi cara, apretando , lastimándome- Eres una estúpida si crees que tu príncipe azul te salvara del monstruo- Su sonrisa no era de gracia, el estaba enfadado- ¿Dónde crees que esta Cameron ahora mismo, eh? – No respondí su pregunta. Su agarre se volvió aun más doloroso- ¡Responde! -¡No lo se!- Grite -Se está casando ahora mismo con otra puta y no contigo- Mis piernas temblaron y mi corazón dejo de latir con rapidez. -¿Q-Qué? – Lo que un cuchillo no podía hacer, lo podían hacer las palabras; perforar el alma-¿De que hablas? – Susurre confundida y con el corazón en la mano. -Hablo de que Cameron Black ya tiene una esposa y no eres tu. Me sorprende que Anna no te dijera nada- Mis piernas dejaron de ser estables y me hicieron caer al suelo, a sus pies—Ya no tienes a nadie— Se colocó a mi altura en cuclillas— Cásate conmigo y te sacaré de este infierno. —M-mientes— Susurre— El no puede estar casándose. —El no miente— Anna apareció sonriendo—Mi hijo se caso hoy. Por un bien común— La mujer malvada dio varias palmadas en mi hombro con cara de asco — Así que por tu bien, lárgate de mi casa. Anna me mataría si me quedaba, Steven se libraría por fin de mi y Cameron se estaría acostando con su nueva esposa. Eso último pulverizaría mi corazón, al final de todo , esa mujer tenía razón. Su hijo solo robo mi virginidad y se marchó. Al final acepte, por despecho tal vez. No tuve otra opción que colocarme el velo, tomar mi ramo escuchando la suave música de jazz y practicar una sonrisa falsa y sin vida. Nadie de mi familia asistiría al pequeño evento, solo la familia de Alec y supuse que para evitar momentos agrios, mi futuro esposo así lo quiso. El mismo día que Cameron se caso, yo me marche con Westerman , arrastrando mi corazón y sintiendo mi alma fuera de mi cuerpo, divagando. Aún podía escuchar las carcajadas de esa mujer, diciendo que tomaría por esposo a un monstruo. —Estas hermosa, niña— Savannah, la madre de Alec me sonrió atreves del espejo , acomodando delicadamente el velo de novia—Mi hijo puede ser un poco difícil y un tanto frío, pero si lo sabes tratar , te dará el mundo sin que se lo pidas— Con la punta de su dedo tocó suavemente mi nariz—Te dará ese viaje a Egipto que tanto querías— Solo pude sonreír , pero no sentí alegría—Arriba esos ánimos. Que sin duda eres la novia más hermosa que mis ojos han mirado— Savannah Croker era una mujer hermosa, tan hermosa que generaba envidia. Asentí, pasando mi mano libre por mi vestido corte sirena , resaltando tanto mi figura que no pude evitar que me gustará. La residencia de Westerman era tan hermosa como era mi antiguo hogar; con grandes ventanales y un hermoso jardín. Mire a mi alrededor con la mínima esperanza… de que él estuviera aquí. Pero no fue así. No se presentó ni cuando el padre anunció “ que hable ahora o que otorgue silencio para siempre” Después de eso mi destino fue firmado uniendo lazos increbrantables con Alec. El sello fue un beso sin amor , de su parte con lujuria. Ese brillo pecaminoso en sus ojos era lo único que se podía reflejar y esa sonrisa tajante que dejaba claro a quien pertenecía desde ahora, como un objeto. —Ni todo el maldito dinero que tengo , se compara con tenerte y que seas mía— Beso mi mano sin desviar su mirada de la mía— Miedo, era lo único que sentía en el pecho. A pesar de que este hombre era atractivo ; con su gran altura, su cabello más n***o que el carbón y sus ojos grises como una tormenta furiosa, el miedo que me hacia sentir era tan grande que opacaba todos sus atractivos. En la celebración no se aparto de mi ni por un momento. Cada socio que se acercaba para felicitarnos se marchaban tan rápido como llegaban al sentir la miradas asesinas de Weterman. El gran jardín estaba cubierto por una carpa blanca que nos salvaguardaba del intenso sol. La decoración era tan bonita. Cristales, flores estaban por todas parte. Sería una boda de ensueño , lástima que no sea con la persona a la que amo. Sentí el estómago revuelto al ver a la pareja Black ingresar al jardín, tomados del antebrazo. Pensé que mi padre no asistiría, pero me equivoque. El vestido blanco de mi madrastra trajo susurros de parte de los invitados, pero no pareció importarle. A esa mujer solo le importaba llamar la atención, importándole poco si era buena o mala. —Tengo una sorpresa para ti — Alec soltó una risita ronca al acercarse a mi y susurrar— Te dejara con las piernas temblorosas — Mordió suavemente mi cuello sacándome un jadeo. Después de escuchar eso, realmente tenía razón. Mis piernas titubearon y casi se desplomaron al ver entrar a esa pareja. Cameron y su acompañante… su esposa Reprimí mis labios tratando de evitar que las lagrimas arruinaran el maquillaje. —¿Q-que hace aquí? — Pregunte sin dejar de mirarlos. La mujer que colgaba de su brazo era una pelirroja, la conocía por que su padre estaba en el bajo mundo trabajando de la mano del mío. Su matrimonio fue arreglando por un bien común. ¿Cameron acepto eso? —¿Qué hacen aquí? — Volví a preguntar respirando profundamente , tratando de no ahogarme. —Son invitados, querida— Me sujeto con más fuerza de la cintura al ver que quería huir— No podemos ser descortés ¿o si? Después de todo es tu hermano. La maldad de este hombre —Vámonos, por favor— Le supliqué con las manos temblorosas. Si volteaba , sabía que él me estaría observando y yo me rompería en ese momento. No le daría ese privilegio. Me rompió el corazón, no permitiría que lo gozará — Alec , por favor — Trague saliva con fuerza al tener que soportar el intenso frío de su mirada. —Bueno— Cedió— Ya que tanto quieres irte, pasemos a la luna del miel, ¿no crees? — Deje de respirar. Alec creía que seguía siendo virgen— Tranquila mi amor—Me tomo del mentón apretando— Conozco tu sucio secreto— No estaba contento. Su mandíbula se tenso y arrastro las palabras con rabia— El te follo una vez , yo lo haré mil veces mas— Me hice pequeña al sentirme intimidada, tal cual como un ratoncillo. —Westerman Su voz No gire para verlo, no podía. En cambio mi ahora esposo si lo miro con arrogancia, con maldad y con superioridad. Como cuando le quitas a un niño su juguete favorito y lo presumes a todo el mundo. Solo que esta vez el niño no lloro por su juguete perdido… —Felicidades— La voz de la mujer era tan irritante. Para mi lo era— Hacen una hermosa pareja— No tuve de otra que mirarlos a la cara, al menos a la mujer, por que no podía mirarlo a él. Si lo hacía, le reclamaría por burlarse de mi y rompería en llanto como la patética chica de diecinueve años que soy. Agradecí en un susurro —Es bueno verte, Black— Por supuesto que no—Y tomado de la mano de una mujer hermosa. ¿No la vas a presentar?— Mis manos se apretaron con fuerza. Alec solo estaba molestándolo, y a mi solo quería causarme dolor. —Ella es mi esposa, julieta— Está vez si lo mire, y lo mire con odio, con el alma pulverizada— Pero tu eso ya lo sabes. —Pero mi esposa no— Alec comentó burlón dejando un beso en mis labios. Al alejarse, no vi ninguna emoción en ese lindo rostro de la persona a la que tanto amo. Desinterés, puro desinterés en Cameron. —Si nos disculpan, mi esposa y yo tenemos una bonita luna de miel que no es espera— Mis manos temblaron con ese comentario. Me jalo con rapidez fuera de su vista. Ni si quiera nos detuvo… Cameron dejaría que Alec tocara mi cuerpo e hiciera lo que el quisiera. ¿Dónde quedaba el amor que me tenía? ¿ o caso al menos lo tuvo? Llegamos a la habitación principal y lo primero que hizo fue quitarme el vestido, como si solo tuviera una hora de vida y estuviera desesperado por aprovechar ese mínimo tiempo— Sabes, no sabes el gozo que será follarte teniéndolo a el en mi jodida casa— Arranco el conjunto de lencería que me obligaron a usar este día y se detuvo a observarme— Eres hermosa. Pero no lo suficiente para que él se quedara a mi lado, conmigo , protegiéndome. Alec me tomo como quiso, se adentro en mi cuerpo hurgando y me lastimo. No fue suave, estaba enojado por que alguien que no fue el se atrevió a tocar mi cuerpo, o al menos fue lo que el dijo mientras me embestía con rabia. Mordió, arañó mi piel sacándome gritos de dolor. Y cuando finalmente su placer alcanzo la cima, mordió mi cuello como una muestra de aprehensión. Mi grito fue lo suficientemente fuerte como para que alguien llegara a mi rescate, pero no fue así. Mire el techo perdida en el tono blanco tratando de bloquear el dolor que sentía en las entrañas—Mi regalo de bodas era un viaje a Egipto— Lo mire de reojo— Pero he cambiado de opinión — Mordí mi labio enojada , irritada, estresada y sobretodo desilusionada de mi, de mi vida— Tienes que ganártelo — Cerré los ojos apunto de estallar. No era una mascota como para ganar un premio, por supuesto que no. —No quiero ese estúpido viaje—Tomó mi brazo. — No es lo que tu quieras, mi amor , es lo que yo quiera— Traté de quitar su mano de mi brazo — Si te digo que te arrodilles obedientemente lo harás, ¿entiendes? — No dije nada—¿Entiendes? — Volvió a repetir elevando su tono de voz. Asentí temblorosa. —Me lastimas— Susurre. Tres días después, me prepare para salir. Al bajar las escalares que conectaban con la entrada, me tope con dos hombres vestidos de n***o—¿Señora? — Cuestionaron al ver que me dirigía a la salida. —Tengo una cita con mi ginecólogo—Mencione confundida. —Me temo que tiene que volver a su habitación— Comento uno de ellos— Fueron órdenes del señor. No puede salir sin él— Entre en pánico. No por el encierro , por el simple hecho de que necesitaba un método anticonceptivo— Vuelva a su habitación— Derrotada hice lo que ordenaron. Espere pacientemente a Alec, por horas. Comí sola y cene sola. Y nunca llego, hasta el día siguiente. —¿Por qué no puedo salir? — Pregunte siguiéndolo con rapidez, entramos a su despacho donde el podía estar encerrado por horas y nadie podía molestarlo— Tenía una cita con mi ginecólogo, es importante. Necesito inyecciones— Parecía fastidiado, pero no me importo. Continúe— ¿Por qué no puedo salir? — Volví a preguntar. Esta vez se giró a verme con la mandíbula comprimida y me ladró. —Quieres ir a revolcarte con Cameron , no soy estúpido— Mis cejas se fruncieron con confusión. —¿De que hablas? — Me tomo del cabello y me estrello contra su escritorio sacándome un gemido de dolor. —Si un día te encuentro revolcándote con Cameron o incluso con otro hombre, te mataré nena , juro que te mataré — Su mano precioso con más fuerza mi rostro sobre el escritorio caoba— Y no voy a dejar que ese bastardo vuelva a poner sus manos sobre ti. —No hice nada— Me ahogue con mi llanto— No hice nada— Volví a repetir. —¿Quieres salir para verlo no es así? — Su temperamento se elevo— No soy idiota, Bella. —¡No es así, Alec! Solo quería ir al ginecólogo— Lo escuche reírse. Pude ver de reojo como saco algo de su bolsillo trasero, lo llevo a su boca y quito algo para después escupirlo , era una tapa. Una jeringa. —No te preocupes mi amor— Clavo la jeringa en mi brazo izquierdo. El dolor, el bendito dolor… — Yo seré tu ginecólogo, pero de esta casa no sales.
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