Mi respiración se altero al escucharlo ingresar. Sabia que era él, su risa malévola hacia eco en mi cabeza. —Pero que bonita vista— Lo escuche decir, silbó con morbo— Te trague un regalo— El hecho de no poder ver, me ponía tensa— Me folle a una de mis putas en el camino— Hice una mueca sin responder— Sus dedos abrieron mi boca, sentí algo húmedo y con textura de látex— Mi semen siempre será para ti— Dejó caer el contenido en mi boca—Trágalo— Quise escupirlo, pero la voz de Elías apareció en mi mente. “No lo hagas enojar” —Sabes, Bella— Comenzó hablar y mantuvo su mano en mi boca, para evitar escupir el semen— Casi muero ese día y tu lo que hiciste fue largarte, me abandonaste— Sonaba falsamente herido, pero las escorias no tienen sentimientos— Vi las cámaras, sabes —Trague saliva— Vi c