Me bajo de la limusina y estoy aterrada, él hombre calvo me sonríe y me dice cerca del oído.
—No le recomiendo que haga enojar a mi patrón, a veces es un poco sádico, sobre todo con las mujeres hermosas, siempre se le va la mano.
Llego al apartamento corriendo, al cerrar la puerta empiezo a llorar y de inmediato llamo al detective quien me contesta de inmediato.
—Morgan.
Trato de hablar pero no puedo, estoy llorando demasiado.
—Soy Lina.
El cuelga y llega al apartamento a los pocos minutos, le abro la puerta y cuando me ve llorando se sorprende.
—Vamos a tomar una café, necesitas calmarte —dice preocupado.
Nos vamos a la cocina y preparo los cafés, cuando ya estoy más calmada le cuento todo lo que sucedió. Se queda serio por un momento y suspira.
—Tengo una idea, pero es algo arr
