Capitulo 17 — Un hermano sobreprotector.

2382 Palabras
Todo lucía maravillosamente, mi madre me había ayudado un poco, Sara y yo hicimos lo demás. Jared estaba feliz y nervioso, sabía que intentaba ocultar su nerviosismo con una bonita sonrisa, me acerque a él, recosté mi cabeza en su brazo, sentí su mirada de inmediato en mí, no necesitaba verlo, sabía que me estaba mirando con una tierna sonrisa, él no podía creer el cambio que había tenido su vida, ni yo, mucho menos la mía, juntos nos hacíamos invencibles, no había nada que afectará al otro si estábamos juntos. — Estás pensándolo demasiado, todo saldrá bien. — dije intentando animarlo. — También estás pensando demasiado, lo puedo ver por la forma en que miras un punto fijo, ¿Qué es lo que estás mirando? — me pregunto Jared con aire divertido, él había dejado de mirarme para fijar su vista a donde anteriormente estaba la mía, yo me gire a verlo. — Es cierto, estoy segura de que también lo piensas, en como nuestras vidas han cambiado en poco tiempo y como hemos prevalecido, juntos. — él asintió en acuerdo, estábamos en sintonía. — Es increíble también como ahora tengo una novia... Prometí que no tendría una. — dijo sin dejar de ver a ese punto fijo. — ¿Por qué prometiste algo tan absurdo? — Jared sonrió giro su cabeza hacía mí para verme a la cara. — No lo entenderás, no si no te lo enseño. Ven conmigo Alison Adams. — agarro mi mano en la suya y me llevo a la segunda planta. Lo seguí confundida y curiosa a partes iguales, nos paramos frente a su habitación, la de su madre, él no había entrado allí más que para poner en orden las cosas de su madre, y no me había dejado ayudarle, ahora entendía que era algo muy preciado para él, quería ser él quien se encargará de organizar las cosas de su madre por respeto a ella. — ¿Por qué vinimos a la habitación de tu madre? — pregunte confundida, estábamos ahí parados, de pie frente a la puerta. — Porque quieres saber la razón por la cuál no quería tener novia. — dijo antes de llenarse de fuerzas y poner la mano en el pomo de la puerta para después abrirla. — aquí esta la razón. — lo seguí adentro, él sabía justo a donde ir, camino hacía el armario, lo abrió y saco una caja de allí, mire todo a mi alrededor, todo estaba en perfecto orden, él saco la caja y se dirigió hacía la cama con ella en sus manos. La destapó, dejando ver en ella muchas fotografías que luego esparció por la cama. — esta era mi familia antes... — dijo señalando una foto en específico, su hermana parecía tener cinco años tal vez y él era un hermoso niño como de uno o dos años. — Parecían ser una familia normal, parecían muy felices... — dije mirando la foto con detenimiento, especialmente a su madre y a su padre. Él asintió en acuerdo. — Exactamente. Pero hay algo que allí no se ve... Si miras a los ojos de mi madre y de mi padre, te darás cuenta de que no éramos felices, ellos no eran felices, todo era una farsa, mamá y papá lo intentaron, no los culpo, pero mi madre perdió el control, la depresión tras tenerme la hizo refugiarse en el alcohol, me lo gritaba siempre... — dijo cabizbajo, perdido en aquel triste recuerdo, pose mi mano sobre la de él. — ¿Sabes que no fue tu culpa, verdad? — le pregunté con un gesto de evidente preocupación, él me miró, sonrió y beso mi frente con ternura. — Ahora lo sé. Pero siempre pensé que de haber hecho algo a tiempo, haber tratado su depresión, ella tal vez no se hubiera refugiado en el alcohol y estaría hoy aquí, conmigo... — giró su mano y apretó la mía. — con nosotros. Nunca quise dejarla sola, porque la culpa me carcomía, tenía miedo de que pudiera hacerse daño, mi hermana huyó, y estuvo bien, después de todo ella fue quien sufrió mucho más... — suspiro. Su voz se quebraba con cada palabra y sabía que le costaba hablar. — no la odie jamás, me odie a mi mismo por haber nacido, y un día me dije: “No estaré con nadie, no le mentiré a un pequeño niño” — suspiro, al parecer él reflejaba su dolor en un futuro desastroso, que a fin de cuentas era incierto. — los hijos sufren también, se que Sara sufrió abusos, físicos y demás... — nuevamente apretó mi mano y las lágrimas en sus ojos no tardaron en aparecer, deslizándose por sus mejillas, admiraba la forma en que tomaba la fuerza suficiente para dejar salir todo delante de mí. — habría querido ser más que un simple mocoso y defenderla. — dijo apretando los dientes. — Jared, por favor, deja de culparte. Es pasado, perdonaste a tu madre. ¿Cuando vas a perdonarte a ti mismo? — pregunté preocupada por él, levantó su mano libre y limpio sus lágrimas bruscamente, como si se reprochara el hecho de llorar. — No puedo... — susurro mientras tomaba otra foto. En aquella foto ellos estaban un poco más grandes, su padre ya no estaba presente. — primero odio a mi hermana, luego a mí, aunque cuando estaba sobria intentaba tratarnos con cariño, el alcohol la había separado de nosotros ya hacía mucho tiempo atrás, pero guardaba la esperanza como un tonto. — dijo levantando la vista hacia mí. — por eso no quería tener una novia, ¿Y si teníamos hijos? ¿Y si ella no pudiera con todo lo que conlleva la maternidad? — fruncí el ceño, parecía realmente preocupado. — No somos un par de ignorantes, y estoy segura que con tu experiencia no habrá necesidad de que alguien más sufra, sabes que debes actuar rápido, lo harás, estoy segura, además estaré siempre a tu lado, y te amaré incluso más, porque de hecho te ame sin conocerte, imagínate ahora que te conozco. Eres un chico maravilloso, has sido muy valiente, has atravesado todo esto prácticamente solo, y seguías con tu vida a pesar de que era difícil, lidiar con tu madre y con el instituto... Suerte que estoy aquí para ti. — dije divertida para ya no ver más su cara triste. — Tienes razón. — tocó la punta de mi nariz con su dedo índice, y me sonrió. — siempre sabes que decir para hacerme quedar como un tonto. ¿Debería enojarme o darte las gracias? — preguntó divertido. Sonreí, al menos su pensamiento había cambiado, empezó a recoger las fotos y ponerlas de vuelta en la caja, lo ayude a guardarlas. — Elije, pero debo advertirte que no será fácil deshacerte de mí. — respondí divertida. — Jamás podría enojarme contigo, mejor te doy las gracias. — dijo al tiempo que dejaba las fotos de lado y levantaba mi rostro desde mi barbilla para darme un dulce beso en los labios. — te amo, gracias por ser mi polo a tierra... Hoy acabas de hacerme ver que los motivos que tenía para estar solo eran completamente inválidos, que al parecer son solo delirios que afloran en mi cabeza, lo son aún más ahora que mi madre no está... A pesar de todo, la extraño, sabes... Como dije antes, no fueron muchos los momentos que compartimos cuando estaba sobria, pero me bastaron para darme cuenta de que era una buena mujer, solo que no se esforzó lo suficiente. — dijo mirándome con una sonrisa en los labios, al parecer pensativo. — Guarda esos buenos recuerdos, bebé. — le dije con una sonrisa amable, él asintió y se levanto con la caja en sus manos, eso haría, guardaría aquellos recuerdos. Alguien toco la puerta de la habitación, dando un par de golpes, imaginaba que se trataba de mi madre o tal vez Sara que se encontraban afuera, Jared me dio la mano y caminamos juntos hasta la puerta para salir de la habitación, ambas estaban afuera, mi madre y Sara, y detrás de ella una insoportable cara me sonrió. — Niños, no esta permitido encerrarse en una habitación solos. — dijo mi madre al tiempo que nos separaba, Sara soltó una carcajada mientras que Jared y yo nos mirábamos avergonzados. — ¡Mamá, no estábamos haciendo nada malo! Es la habitación de la señora Williams. — volteé los ojos al techo irritada, en ese momento mi madre se cruzo de brazos y se giro para abrirle espacio a mi hermano. — ¿Ya viste quién nos está visitando? ¡Y está ansioso por conocer a tu novio! — exclamó mi madre con un gesto perverso y divertido. Extendí mis brazos dramáticamente haciendo el gesto como de querer abrazarlo, pero me ignoro mundialmente, literalmente puso la palma de su mano y me hizo a un lado para quedar justo frente a Jared, quién lo miro sorprendido. Mi madre y Sara soltaron una carcajada, yo refunfuñe en silencio y me cruce de brazos. — ¡Oh, hola Ali, te extrañe mucho, hermanita! — dije imitando su voz, claramente no me salía igual, pero ni así mi hermano mayor me dirigió la palabra, seguía enfocado en Jared, pues lo siento cariño, lo intenté. — ¡Ay, Dy, que lindo, imagino que me trajiste regalos! — dije burlona. Pero mi hermano ni se inmuto. En lugar de mirarme extendió su mano derecha hacía Jared, mi pobre novio la tomó de inmediato. — Soy Dylan Adams. Hermano mayor de Alison... — Jared asintió nervioso. — Eh si, tu hermana me ha hablado mucho de ti, yo soy Jared Williams, tengo entendido que tú y mi hermana ya se conocían de la universidad. — mi hermano permanecía con un gesto serio plantado en el rostro. — Es verdad, solo por tu hermana te salvas, mocoso. — dijo serio. — y no creo que mi hermana te haya hablado mucho de mí, apenas y habla de si misma. — dijo rodando los ojos. En eso tenía razón, le hice una seña y susurre un "touché" — Ah, pero tu hermanita te tiene muy presente. — interrumpió mi madre. Sara soltó una risita, algo incómoda y luego aplaudió, cortando aquel momento tenso a la mitad. — ¡Vamos todos a cenar! — exclamó llamando nuestra atención. — la comida se enfría. Y no seré yo quien la caliente. — dijo rodando los ojos y dándose la vuelta para que la siguieramos, aproveche el momento y agarre la mano de Jared y lo empuje junto conmigo detrás de su hermana, mi madre y mi hermano se quedaron allí conversando por un segundo sobre mi padre, no me interesaba, ese traidor estaba con su maravillosa familia, mientras tanto, nosotros teníamos al padre de Jared, quien resultó ser un buen hombre a pesar de sus errores. Nos sentamos todos a la mesa, incluido el padre de Jared y Sara, también el esposo de Sara, la relación de ellos iba mejorando, ahora que ya no estaba la señora Williams para interrumpir su relación, no había nadie que llenara de inseguridades a Sara, por ende ella se sentía mucho mejor, incluso podría asegurar que más libre, la veía sonreír mientras servía, Jared estaba sentado a mi lado izquierdo, mientras que mi madre estaba a mi derecha, mi hermano estaba sentado justo frente a mí hermana, a la mitad estaba el asiento de Sara y a su lado se sentaría su esposo, mientras que el padre de Jared encabezaba la mesa. Mi novio apretaba mi mano con cariño, y me sonreía intentando disimular la alegría que le causaba este momento, me gire hacia él y le regalé una amplia sonrisa. — Esto es tan irreal. — susurro inclinándose un poco hacia mi dirección. Sonreí divertida. — ¿Crees que le caí bien a tu hermano? Me está mirando... — continuó susurrando. Levanté la vista y mi hermano no se inmutó, el tonto de Dy nunca había conocido de mi parte a un novio, tal vez era extraño para él, pero no le quitaba la mirada de encima a Jared. — No le prestes mucha atención, mi hermano nunca viene a casa, así que trata de ignorarlo. — a mi lado mi mamá soltó una risita divertida. — Acaban de salir de vacaciones, así que lo tendremos todo el mes hasta navidad. — me informo, ella al parecer espiaba nuestra conversación. Me gire boquiabierta, mi mamá sonrió y se encogió de hombros, aún sorprendida mire a mi hermano quién me guiño un ojo. — ¿Por qué se quedará, mamá? A él nunca le gusta venir. ¡Qué se quede con papá! — dije molesta. — No te lo tomes a mal hija, pero a tu hermano no le gusta para nada que tengas un novio, asegura que te arruinara la universidad y de paso la vida, solo no lo golpeó porque conoce a su hermana, pero no está de acuerdo con tu relación. — fruncí el ceño y mire a mi hermano dándole una advertencia. — Que se pudra, tú aceptas mi relación con Jared, es lo único que importa. — dije con seguridad. Mi madre me miró y se encogió de hombros. — Tu hermano no sabe lo que puede generar el mantenerlos separados, y es tan terco como tu papá así que hasta que no lo entienda no dejará de meterse en tu relación, se paciente, por favor. Lo entenderá en cualquier momento. — me explico mi madre, pero yo ya me encontraba molesta. Jared también parecía nervioso e incómodo. La cena transcurrió sin ningún problema, Dy no hizo ningún comentario, ni ofendió a Jared, para nuestra suerte, pero aún así sabíamos porque estaba de vuelta en casa y estaba segura de que no sería lo único que quería. ¡Yo estaba a punto de graduarme! ¿Por qué me molestaba? Qué se fuera a su casa lujosa con su padre refinado, ese hombre que compraba su amor con dinero. Pase la mayor parte del tiempo de mal humor, hasta que Jared decidió hacerme sonreír contándome pésimos chistes, pero su intento era lo más gracioso. Lo adoraba, era lo mejor que me había sucedido, los sueños se hacen realidad.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR