Monteiro ¿Cuántas veces se puede perder la razón? ¿Cuántas veces el cuerpo puede ser dominado por el instinto? ¿Cuántas veces te puedes rendir ante alguien cuando su propósito es destruirte? Poco puedo presumir de bueno en mi vida y aun así no reniego del pasado como antes, pues aun cuando conocí el abuso de primera mano en diferentes facetas de mi vida, hoy vuelve a surgir una llama que ansiaba consumirme llenándome de un poder sin igual a través de los apasionados besos de Nilo que me robaron el aliento y desbordaron mis ganas de poseerlo, deseo, que incrementó con cada paso que dimos dentro de mi morada dirigiéndonos a mi habitación. Sin embargo, no esperaba que a mitad de pasillo me acorralara contra la pared arrebatando mi alzacuello con un endemoniado fuego en sus ojos que encen