Una semana después
Nilo
Mi relación con Monteiro se hizo más estrecha desde aquella noche tan especial en su casa, aunque él optó por detener nuestros encuentros desde ese día para que estos no afectarán mi juicio sobre el tema que dejamos pendiente y en parte lo agradezco, de igual forma, se ha comportado profesional en su trabajo y fuera de este es un gran amigo, no muestra segundas intenciones y tampoco volvió a ser el hombre frío que era cuando llegó, así como no volvió a ser el hombre que conocí en Cosenza, este es un Joan Monteiro diferente, uno que luchaba por ser feliz y tener una vida más tranquila queriendo dejar sus penurias en el pasado, incluso sus estudiantes comentaban sobre su cambio sintiéndose mejor al tratar con un maestro afable que ansiaba repartir sus enseñanzas a
