Llegue cansado después de una noche muy apasionada con mi favorita Sofía, es con la única que me puedo permitirme hace olvidar de Alexandra Monreal, esa mujer despiadada, todas son iguales, unas zorras por eso hay que tratarlas como tal, además que sus mamadas que son de otro mundo, no se pueden comparar, después de ese momento tan relajante con Sofía, la despido fuera de mi apartamento y vuelvo a casa ya que mi madre pare de llamarme, a veces se vuelve demasiado molesta.
Cuando llegó, Mi madre me recibe en la puerta, es la primera vez que ella lo hace después de volver a este lugar, siempre a mi encuentro esta Shaira, pero esta vez no, en frente de la casa donde viven mi madre y esa mujer, hay una bulla de gente corriente parecido a una fiesta de barrio, esas cosas me molestan mucho, por eso prefiero no venir a estos lugares, no sé en qué pensaba mi madre cuando decidió vivir en este lugar.
- ¿Donde esta ella? - le pregunto a mi madre levantando una ceja, ya que se me hace raro que desde que llegué no la haya visto.
- Salió a divertirse un rato - fue la respuesta de mi madre, tan tranquila como si no fuera nada.
- Madre son las once de la noche, que mujer casada sale a divertirse a estas horas - digo un poco malhumorado, estaba muy cansado para lidiar con estas cosas, porque esta mujer no podía comportarse, pensé.
- Es una muchacha necesita divertirse, nunca sale a ningún lado, solo vive pendiente de cuándo y a qué hora llegaras, necesita un poco de aire y conocer gente ya que su marido ni siquiera la saca de compras o a comer un helado, ni siquiera a recibir el sol del día - dice esto último con voz alterada y noto un poco de cinismo y enojo en su tono de voz.
- Madre sabes que la empresa absorbe todo mi tiempo, de igual forma madre ese no es el tema, ella es mi esposa y no permitiré que me ridiculice y menos en este lugarsucho de cuarta - lo digo casi con la cara roja del coraje, mi madre suspira.
- Se en qué gastas tu tiempo, no necesita hacerte el inocente conmigo, no te preocupes tanto, tu esposa solo está en la casa de enfrente hijo, la vecina la invitó a la bienvenida de su hijo que llega de la milicia, deja que se divierta un poco, tu deberías hacer lo mismo y acompañarla, igual no está muy lejos- dice mi madre más tranquila.
Pero esa tranquilidad no era nada contagiosa para mí, quizá no la quería para nada, pero es de mi propiedad y no pensaba que alguien pudiera siquiera mirarla, lo que yo consideraba como mío, ni siquiera ella misma podría hacer uso de alguna autoridad sin mi permiso.
Salí con toda la rabia dispuesto a sacarla así fuera a la fuerza de esa reunión, fiesta o como se llame lo que estuvieran haciendo, pero al entrar no la miro en ninguna parte, me dirijo con cuidado de no tocar a nadie, muchas personas me miraban expectantes con felicidad, no es de extrañar, alguien como yo jamás lo verían entrar a un lugar así, al fin la vi y no me gusto para nada, cerré mis puños con rabia, esta mujer es más descarada de lo que pensé, está bailando con un hombre, rubio ojos claros, alto y acuerpado, me hervía la sangre de mirar como ese hombre tenía sus manos en las caderas de mi esposa y bailaban al ritmo suave de la música.
- ¡PERO DIABLOS! - Exclame llamando la atención de todos los presentes, la cogí del brazo y la saque de allí, tenía tanta furia que no me di cuenta de la fuerza que ponía en su brazo y menos en lo que ella sentía o dijera, era la primera vez que la tocaba incluso si era su brazo nunca había llegado a tanto.
Al llegar a casa ella lloraba, me importaba muy poco.
- Eres una zorra - le dije.
- Solo esperas que me vaya unos días para coquetear con el primer pobretón que se parece, ¿acaso te falta algo? no podía detener mis palabras mientras la insultaba, cuando mi madre salía de su cuarto por lo fuerte que hablaba, le di una cachetada tan fuerte que hacía eco del golpe, solo se escuchaba como ella lloraba y agarraba su mejilla donde la acaba de golpear, en menos de un minuto se inflamo y se volvió roja, yo la miraba con odio, por culpa de esta mujer tengo que soportar todo este ridículo, ella se disculpaba diciendo.
- Owen mírame te juro que no hice nada malo, solo acepte bailar con él, porque su madre me lo pidió además desde que llegué no había bailado con nadie y su madre creyó que era más oportuno hacer un baile con su hijo que con cualquier otro, por favor discúlpame si hice algo que te molestara por favor –
- Me importa una mierda - le dije casi escupiendo mis palabras.
- Eres mía y ni siquiera tienes permitido salir de esta casa, - mi madre se hizo presente alejándola de mí me miraba con fuego en sus ojos, y eso fue lo único que hizo que entrara en razón, qué demonios estaba haciendo, si no me importaba esa mujer porque reaccionaba así, así que salí y me fui de ese lugar sin siquiera mirarla.
Durante los últimos 2 meses no volví a esa casa solo quería que llegara el famoso día del año, el día que más he deseado con toda mi vida, para divorciarme de esa mujer tan insignificante y por fin recuperar lo que es mío.
Shaira
Me dolió tanto que se fuera de esa forma, sin dejarme explicar, no creí haber hecho nada para molestarlo solo fue un baile, porque tenía que aparecer precisamente en el momento que acepte bailar con el hijo de la señora Julia, mi suegra hizo un paño con hielo para mi cara, estaba muy hinchada, ella me consolaba y maldecía todo el tiempo a su hijo, ignoró todas las llamadas de su madre durante los últimos 2 meses, pensé que las cosas estaban un poco mejor entre nosotros, porque últimamente volvía más seguido a casa, pero arruine todo en solo una noche, quería decirle que solo fue un baile, no había pasado nada más, que al único que quería en mi vida, era a él después de todo es mi esposo, pero no tenía comunicación con él y no lo había vuelto a ver durante ese tiempo.
El tiempo pasó tan rápido, hoy cumplíamos 1 año de casados y como en la noche de bodas, y todas las noches durante ese año, pensé que igual no le importaría, que Owen no llegaría a casa, su madre estaba preocupada porque yo deje de alimentarme bien, y dormía poco, tanto que había perdido un poco de peso y mi mirada estaba perdida, pero el volvió ese día, se habrá acordado de nuestro aniversario se me paso por la mente, estaba tan feliz, lo recibí con un abrazo con solo verlo entrar por esa puerta, pero él me apartó de una vez, no me importo, le demostraría que podíamos ser felices, solo es cuestión de darnos una oportunidad y conocernos más, solo quería que no se volviera a ir, con haber vuelto, llegó a mí la esperanza de que quizás si me quería un poco, pero él me ignoró completamente.